Por GABRIEL F. CORDERO,
reportero de BOXNOTICIAS.NET
Quiénes en su momento conocimos y compartimos con Jennifer Carolina y Edwin Valero no podemos encontrar aún las palabras para expresar el dolor que se siente por esta triste tragedia humana.
No hay preguntas ni respuestas para explicar lo que sucedió, menos para justificar, buscar o indicar culpables, sólo unirnos con los fanáticos, boxeadores y los que fuimos amigos de los Valero.
Debemos estar claros que los boxeadores son humanos pero que más allá de las victorias esta su vida en la familia y su participación en la sociedad.
Valero fue adorado y odiado por muchos, pero fue un ser humano con virtudes y pecados.
Es muy difícil de explicar muchas cosas del boxeador y su mundo alrededor.
Nadie merecía este final trágico, Valero tenía mucho para ofrecer en el boxeo mundial y Jennifer mucho que dar como madre y mujer en la vida en sociedad.
Aquellos que vivimos y compartimos con los boxeadores de país en país en cada pelea en cada entrenamiento en cada momento si sabemos lo que significa realmente ser boxeador.
Todo sabemos de sus victorias y nocauts pero no sabemos la intimidad acerca del boxeador como ser humano, como padre, amigo y ciudadano. No vemos más allá de los rounds y golpes ya que finalmente este llamado deporte es un gran show y negocio.
Valero tuvo mucha presión para estar en peleas importantes y para obtener la visa norteamericana que se fueron convirtiendo en su principal prioridad, quizás por encima del amor propio y el de su familia.
Sentimos una profunda tristeza la cual nos permite decirle a Jenny y Edwin que encuentren en DIOS su respuesta final.
Por siempre amigos…
