Por Héctor Islas Gutiérrez
Con medio centenar de rounds disputados en el terreno profesional y poco menos de 50 mil pesos acumulados en sueldos a lo largo de 10 combates profesionales, con su mirada picara y su cabello que aun muestra la frescura del regaderazo después de entrenar, María Elena Villalobos, quien maneja un taxi, se declara lista para defender su campeonato nacional supergallo.
En una charla amena que se desarrolla a un lado del cuadrilátero del Deportivo José María Pino Suárez, la esbelta figura de Villalobos destaca junto a las de otras chicas que se esfuerzan por aprender los secretos del arte de fistiana, bajo la férula del manager Rudy Pérez y su equipo de trabajo.
«El pugilismo femenil no es fácil, las peleas son igual de duras a las de los hombres, pero nos pagan mucho menos», dijo la monarca mexicana quien levantó la voz para reclamar mas apoyo de las autoridades pugilísticas de todo el país, de los empresarios, de los promotores y de los patrocinadores, para que este rudo deporte, no funcione como un simple rellenó de las carteleras.
El boxeo femenil debe tener su propio espacio, su propia importancia y tener la difusión necesaria para que las contiendas no sean tan espaciadas entre una y otra, dijo María Elena, quien manifestó que no vive de lo que gana en el boxeo, sino de manejar su taxi por las calles y avenidas de esta metropolitana.
Sin lugar a dudas su esencia femenina salta a la vista y con una mirada coqueta sus ojos de fuego se alista para la primera defensa de su fajín para fines de febrero o principios de marzo , sin embargo no reveló el nombre de su retadora en turno, para no entorpecer las negociaciones que hace su mentor Rudy Pérez.
De sus inicios en el pugilismo, María Elena de piel morena y cabello negro, antes de irse a trabajar en su taxi, recordó que llego al gimnasio con la firme idea de moldear su cuerpo bajando unos kilitos de más, no obstante el gusanito del boxeo invadió su sangre y poco a poco se fue metiendo en cuerpo para terminar siendo una profesión a la cual ahora le da tiempo, disciplina, pasión y entrega en el encordado.
«Con el paso del tiempo aprendí que el boxeo no es rudo, sino que es una disciplina donde se trata de pegar y de no recibir golpes», dijo María Elena, quien a la ves admitió que este noble deporte de las orejas de coliflor le ha brindado enormes satisfacciones tanto abajo como arriba del ring y que su vida se transformó de manera positiva cuando decidió debutar como profesional.
La monarca nacional de los supergallos acotó que ahora el boxeo se ha convertido en una serie de retos para sus capacidades como persona y que por nada del mundo renunciara a sus proyectos personales y boxísticos, donde aspira a ganar este año el campeonato mundial de su división pero que eso no le importa, pues sabe que el pugilismo es muy celoso y que exige muchos sacrificios que esta disputa a cumplir no por dinero, sino cuestiones personales, dijo María Elena, quien tiene puños de acero y sonrisas seductoras en su expresión cien por ciento femenina.
