EL JEFE CAPITALINO ORDENÓ QUE RAFAEL HERRERA REGRESARA A LA COMBOX CAPITALINA COMO “DESPACHADOR”
Por JUAN GUTIÉRREZ JR.
Miguel Ángel Mancera, extraviado…
Cuando en el medio boxístico capitalino se pensaba que se había acabado la pesadilla, tras la salida de Rafael Herrera Lemus del organismo, resulta que por órdenes del jefe capitalino Miguel Ángel Mancera, el ex campeón mundial de boxeo, volvió al organismo, no como presidente sino como “despachador”, como se explicó en el medio burocrático.
No cabe duda que Mancera se desmorona en su gestión, sus niveles de popularidad están por los suelos y es entendible, pues si no ha podido poner en orden un organismo como la Combox capitalina, que desde hace años es azotado por la anarquía y corrupción, menos ha podido con otras cosas más delicadas.
Seguro que lo engañó la gitana, al decirle que sería un buen gobernante, pues ha dado muestras de un desconocimiento criminal de un deporte del que dice ser un profundo seguidor, pero en la realidad no que no sabe ni la “o” por lo redondo.
Sin tener sensibilidad política y actuando en forma torpe, se le ocurrió volver a poner en acción a Herrera, quien se ha ganado a pulso todo el rechazo que tiene en el medio, pues han costado vidas humanas, boxeadores con daños cerebrales irreversibles que se pudieron evitar, por no lo hizo, aunque una lista de pecados es más larga.
Todo el mundo pensó que el profesor Horacio de la Vega, encargado el Instituto del Deporte del DF, había detectado las anomalías que existían en la Combox capitalina y que cuando menos le hubiera informado a Mancera cuál es la realidad del boxeo en el Distrito Federal para poder poner una nueva Comisión de Box de transición, pero el “fabuloso remedió” fue que Herrera regresara de “despachador”.
Y a decir verdad no se podía esperar más de Mancera, pues si ya como “Procurador de Justicia” del DF, permitió que en la función del Bicentenario, en 2010, donde el Gobierno del DF tuvo participación, no se le pagara a los peleadores y según la Revista PROCESO, se quedaron a deber un estimado de 12 millones de pesos, pues ahora ya como jefe de gobierno está peor.
En México, pareciera que estar en las alturas, hay que ser “transa”, corrupto, meterle el “diente” al erario de Nación de forma cínica y no pasa nada, al contrario, ese tipo de gente es tratada como si hubieran hecho alguna hazaña por la Patria.
Hasta dónde hemos llegado…
