COLUMNA: CUENTA DE PROTECCIÓN

RIVERO1TE ACUERDAS… DON NACHO

Por CARLOS RIVERO
En este país, nuestro México, pocos son los ciudadanos que tienen memoria. Ya ven, ya se nos olvido todo lo que el PRI hizo en más de 70 años en el poder y ya amenazan con volver ahora con su cara bonita Enrique Peña Nieto. En ese sentido, ya también se borró del disco duro de muchos algo que se llama gratitud.
Recientemente el manager Ignacio Beristáin Rocha criticó arduamente a los organismos internacionales que rigen el boxeo mundial, también a los agentes boxísticos y entre ellos a Rafael Cobra Mendoza. Dijo que tanto los organismos como los representantes son innecesarios en el boxeo.
De inmediato, el presidente del Consejo Mundial de Boxeo, José Sulaimán protestó y dijo que demandará a Beristáin por difamación y calumnia.
Pocos deben acordarse cuando Ignacio Beristáin, quien apenas empezaba su exitosa carrera de manager y ya tenía como monarcas del mundo a Daniel Zaragoza y Gilberto Román, tuvo un altercado muy fuerte con Sulaimán Chagnón, entonces también presidente de la Comisión de Box y Lucha del Distrito Federal.
Los reporteros de aquella época estábamos muy atentos a lo que se discutía en la junta previa a la sesión semanal de la Comisión y tras de la puerta se escucharon palabras altisonantes de ambos personajes.
Sulaimán no podía emprender un castigo contra Beristáin desde la Comisión de Box porque dicho organismo es público, es una autoridad dependiente del Gobierno del Distrito Federal.
Entonces de manera revanchista, José Sulaimán envío un fax desde el Consejo Mundial de Boxeo (Asociación Civil) porque todavía no existía el correo electrónico en el cual informaba a los medios que el señor Beristáin quedaba suspendido indefinidamente del boxeo.
Beristáin entonces acudió con su agente Rafael Mendoza para que lo ayudara, pues la “Cobra” tenía muy buena relación con el jerarca del boxeo mundial. Pero Mendoza le indicó que hablará con un reportero (Carlos Rivero González) del que fue un gran diario, el Unomasuno, que ese periodista que cubrió el movimiento de la Asociación Nacional de Beisbolistas (1980) conocía a un abogado (Mariano Albor Salcedo) y que lo ayudaría a solucionar su grave problema.
Así fue, el reportero llevó al manager con Mariano Albor, quien luego de advertirle a Beristáin que no toleraba a los rajones y que si lo iba a defender tendría que asumir todas las consecuencias (como los beisbolistas a los que hizo ganar ante un poderoso como fue Alejo Peralta).
Albor tomó el teléfono y llamó a su colega Juan José Torres Landa (compañeros de generación) y le dijo de lo que se trataba, que si quería un gran follón lo iba a tener, pues Sulaimán había informado de la sanción primero a los medios que al interesado y eso era violatorio de la ley. Torres Landa (quien fue apoderado de Salvador Sánchez, ex campeón del mundo en peso pluma y que falleció en un accidente automovilístico) conocía de los grandes alcances del abogado y le pidió unos minutos para hablar con Sulaimán y luego le regresaría la llamada.
Unos cinco minutos después, Torres Landa le dijo a Albor que el castigo ya no existía. Beristáin estaba absuelto y cuando el manager preguntó cuánto debía, el abogado le dijo palabras menos o palabras más que no era nada, que le daba gusto servir a un gran amigo (el reportero, no el manager).
Luego en uno de sus viajes al extranjero, Beristáin le dio unas plumas de famosa marca al prestigiado abogado.
Beristáin desconoce hoy el trabajo de su ex agente, que lo llevó a cobrar hasta más de un millón de dólares a peleadores del manager como fue el caso de Daniel Zaragoza. Desconoce la importancia de los organismos para no pagar sanciones de peleas y tiene años sin que sus peleadores pasen por revisión médica en la Comisión de Box del DF por un supuesto conflicto con el galeno Horacio Ramírez Mercado, quien fue su gran amigo. Así el manager es como AMLO que desconoce las instituciones y vive de ellas.
No me espanten que tengo sueño ([email protected])


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