DESLEAL

Ignacio Beristáin se maneja a su ley en el boxeo

Por DAVID KAUFMAN
La ingratitud del boxeador y la voracidad del mánager.
Sin miedo a nada ni a nadie, y con tal de obtener el beneficio personal, Ignacio Beristáin no teme traicionar a quien en su momento le tendió la mano.
No es nuevo en el ambiente que un boxeador se vaya de un gimnasio y le muerda la mano al que se la tendió cuando no era nadie, ese es un tema que existe desde hace mucho tiempo y solamente algunos se atreven a denunciar.
Esto sale a relucir luego de que la noche del jueves, Nacho Beristáin llevó a la peleadora Jessica «Kika» Chávez a pelear sin tomar en cuenta el contrato que tiene con la empresa HG Boxing de Héctor García.
Lo que un servidor sabía es que Jessica firmó contrato de representación con Héctor García, contrato en el cual estaba de acuerdo con el mánager Ignacio Beristáin, su entrenador.
Sin embargo, Héctor no estaba enterado de que estaba buscando pelea y Nacho se la llevó pues por un lado bien es cierto que el boxeador se debe a su disciplina y de eso vive, pero de igual manera hay quien arriesgando su dinero le da la oportunidad de hacer récord.
Por lo tanto los tres deben estar de acuerdo, entrenador, promotor y peleador, cuando uno falla, existe el problema, pero en este caso es una deslealtad de parte del entrenador.
Nacho Beristáin ha dejado en claro que no le interesa en lo absoluto los acuerdos y los contratos, demostrando ser en extremo desleal, hace tiempo despojó al entrenador tamaulipeco Guadalupe «Puma» Rodríguez de una de sus prometedoras figuras, Sergio «Tama» Torres, peleador que se logró en su gimnasio, y que Nacho se encargo de llevarlo con promesas de gloria a su afamado Gimnasio Romanza.
Después del plagio, lo firmó con las promotoras Promociones del Pueblo y HG Boxing, empero, falló a su palabra y pasado por alto un contrato, lo peleó en Puerto Vallarta.
Posteriormente se fue para allá otro peleador, Alejandro Barrera, quien con contrato por cinco años, se lo llevó y lo sigue peleando, pero el caso es que el peleador se fue con él, Nacho simplemente aduce una cosa, que el contrato lo debe arreglar el peleador.
Mientras tanto, la piratería seguirá existiendo mientras no exista voluntad de darle solución al problema, como pasa en el futbol, donde hay pacto de caballeros, y los caballeros en el boxeo, no existen.
¿O no es así don Nacho?


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