¿Los jueces de boxeo deben tener experiencia como boxeadores?

Por Tom Schreck
Es una pregunta justa: ¿alguien que juzga un combate de boxeo profesional debería haber subido alguna vez al ring?
Me lo han preguntado antes, a veces boxeadores, a veces aficionados y a veces gente indignada por una decisión. La idea es que, si nunca has boxeado, ¿cómo puedes entender realmente lo que está pasando?
Es una preocupación válida. Pero la verdad es que no es necesario haber sido boxeador para ser buen juez, aunque sin duda ayuda.
DETALLES
Comprender desde fuera no es fácil
La mayoría de la gente crece practicando al menos un deporte. Ya sea béisbol, baloncesto o fútbol americano, hemos lanzado un pase, hecho un tiro o nos hemos parado en la caja de bateo. Incluso sin ser atletas de élite, sentíamos esos deportes desde dentro. Esto les da a los aficionados y a los árbitros un punto de referencia básico al ver o arbitrar.
Pero el boxeo es diferente.
La gran mayoría de la gente, incluyendo algunos oficiales de boxeo, nunca se ha puesto un guante, recibido un golpe al cuerpo ni se ha quedado sin aliento en medio de un asalto de sparring. El ring es un mundo extraño. Juzgar desde fuera puede sentirse como ver algo a través de un cristal.
Si bien no es un requisito previo, haber estado allí, incluso solo en el ámbito amateur o en el gimnasio, le brinda al juez una visión que es difícil de enseñar.
¿Qué aporta la experiencia del anillo?
No digo que tengas que haber sido profesional. No necesitas un cinturón de campeón para puntuar una pelea correctamente. Pero si alguna vez has hecho sparring durante algunos asaltos o has entrenado seriamente, comprenderás mejor algunos aspectos clave:
Cuando un luchador está cansado: notas las pequeñas señales: los hombros caídos, los pies atascados, el lenguaje corporal que se resbala.
Cuando un puñetazo duele: no sólo por las expresiones faciales, sino por la forma en que el luchador reacciona (o no reacciona).
Cuando un puñetazo parece bueno, pero no es limpio: Te han dado golpes de refilón y los has conectado. Sabes la diferencia.
Cuando alguien sobrevive en lugar de controlar: es sutil, pero la experiencia vivida hace que sea más fácil de detectar.
También se desarrolla un profundo respeto por lo que los luchadores experimentan: el dolor, el riesgo, el agotamiento y la valentía que requiere simplemente presentarse. Ese respeto puede ayudar a mantener al juez alerta, humilde y centrado en la imparcialidad.
¿Puede la experiencia en lucha interponerse en el camino?
Los ex peleadores profesionales son un grupo interesante. Han peleado literalmente miles de asaltos en el gimnasio, tanto amateurs como profesionales. Es una experiencia inmensa. Pero la cultura del gimnasio es diferente a la de la arena y la cultura de la puntuación.
Algunos luchadores experimentados pueden ver una guerra de gimnasio y ver cómo uno de los luchadores recibe muchos más golpes que el otro y salir creyendo que el luchador que lanzó menos ganó la ronda de «gimnasio».
Un luchador veterano a veces recibe golpes mientras entrena. Puede que contraataque con menos frecuencia, pero con mayor precisión y fuerza. En el gimnasio, los ojos perspicaces saben quién domina el asalto.
En la noche de la pelea, bajo las luces brillantes, a veces los mejores peleadores recurren a sus hábitos de gimnasio. Los peleadores experimentados pueden ver lo que sucede desde la perspectiva del gimnasio, no desde la perspectiva de la puntuación oficial, porque saben quién realiza un trabajo más complejo o significativo.
A veces eso va en contra de la puntuación.
Los ex luchadores tienen que adoptar un rol diferente al calificar una pelea, en comparación con cuando miran el entrenamiento en el gimnasio, porque son dos cosas diferentes.
¿Qué pueden hacer los jueces sin experiencia en el ring?
Permítanme ser claro: algunos de los mejores jueces nunca han boxeado y, sin embargo, comprenden todas las complejidades del deporte y la puntuación.
Tomar clases de boxeo podría mejorar el arbitraje si un juez no tiene experiencia. Conocer cómo se lanza un golpe correctamente, la mecánica corporal y la distribución del peso corporal puede ayudar al juez a comprender lo que observa al puntuar. El equilibrio, el juego de pies y saber de dónde proviene la potencia pueden ayudar al juez a realizar su trabajo.
No hace falta tener la nariz rota ni una oreja de coliflor. Pero comprender y experimentar la mecánica del buen boxeo puede ser de gran ayuda.
La habilidad por encima de la experiencia
Dicho esto, he trabajado con jueces que nunca han boxeado, y son excelentes. Estudian el oficio, son objetivos y siguen los criterios. Saben la diferencia entre dar golpes limpios y dejarse llevar por el público. No necesitan haber peleado para ver la pelea.
La clave es la disciplina, la concentración y el criterio, no las guerras en el gimnasio.
En resumen
El arbitraje de boxeo no se trata de quién es más duro ni de quién ha estado en el ring. Se trata de puntuar cada asalto con consistencia y claridad, basándose en lo que realmente sucede.
Pero si has boxeado, o incluso entrenado seriamente, aportas algo extra. Una mejor visión de lo que importa. Un mayor respeto por los boxeadores. Y un poco más de empatía por lo que se necesita para darlo todo en el ring.
Eso no te convierte en un mejor juez por defecto. Pero tampoco hace daño.