Del Olimpismo al profesional (Uno nunca puede estar seguro de lo que debe hacer y jamás tendrá la certeza de que ha hecho lo correcto).
Por RODOLFO RAYÓN RODRÍGUEZ
Parte II
Si bien el origen de la humanidad va camino con la historia del deporte, todo se basa en una práctica necesaria para sobrevivir y con el paso del tiempo se vuelve un ejercicio profesional y se convierte en parte de la cultura en diferentes sociedades.
A finales del siglo XIX y principios del XX el boxeo enfrenta oposición de muchos sectores de la sociedad, en la actualidad es uno de los deportes más populares en el mundo tanto del ámbito amateur como profesional, siendo parte de los Juegos Olímpicos desde la edición de 1904. Entre lo más destacado resalta el nombre de Cassius Clay como Félix Savón que ganó títulos en tres competencias Barcelona 1992, Atlanta 1996 y Sidney 2000. También citamos a Oscar de la Hoya.
Así nos enteramos del primer campeón del boxeo moderno: James Figg en 1719, conservando su corona por espacio de once años, y el primer match en Londres en 1681 donde Jack Broughtron introdujo las reglas del London Prize Ring.
Y este deporte siguió evolucionando hasta que la historia nos ha permitido conocer a los héroes de carne y hueso que han dejado huella chueca en esta disciplina.
Giovanni Benvenutti de Eslovenia
Giovanni Benvetti de Eslovenia Muchos le consideraron italiano, nació en Izola, Eslovenia, pero en Italia inició su carrera y peleó como tal en los Juegos Olímpicos de Roma de 1960 en la categoría de peso welter, obtuvo medalla de oro y como amateur celebró 120 peleas con cero derrotas. Vino a este mundo el 26 de abril de 1938. Su debut ocurrió el 20 de enero de 1961 en Venecia donde superó por puntos a Ben Ali Allala
Disputó el título italiano de peso mediano el 1 de marzo de 1963 ante Tomasso Truppi se impuso por KO en el undécimo asalto, en su pelea 46 enfrentó al ex campeón mundial Denny Moyer al que venció por puntos en 1964. Acumuló 55 peleas ganadas antes de conceder la revancha a Truppi, la cita con Sandro Mazzinghi traía un interés especial porque debían hacer manifiesto quién era el mejor y “Nino” lo hizo, era común en aquellos años ganar cinturones de menor categoría, como el título europeo de peso medio que obtuvo al derrotar en seis asaltos a Luis Folledo; pero vino una segunda edición con Sandro y retuvo la faja de superwelter al vencer en quince rounds. Hiló victorias ante Don Fullmer, fue a Corea del Sur para enfrentar a Soo Kim Ki y perdió la faja superwelter por decisión, era su primer revés como profesional considerando que la decisión no fue la correcta, entonces se concentró en división de peso medio.
El 17 de abril de 1967, ganó a Emile Griffith por decisión en 15 asaltos en el Madison Square Garden de Nueva York en la primera de su trilogía de enfrentamientos. De esta forma volvió a conquistar el título mundial, en esta ocasión del peso medio, pero de las dos asociaciones, la Asociación Mundial de Boxeo y del Consejo Mundial de Boxeo. En la revancha en el Estadio Shea el 29 de septiembre, sin embargo, perdió por decisión en 15 asaltos y también perdió los títulos. En 1967 también escribió su autobiografía, I, Benvenutti.
En 1968, volverían a enfrentarse Benvenutti-Griffith, en el Madison Square Garden, y ganó como en la primera ocasión después de derribar a Griffith en el noveno asalto y una decisión. En San Remo debió enfrentar a Fullmer, en esta ocasión con el título mundial en juego. Benvenutti retuvo los títulos ganando por decisión en 15 asaltos. Este mismo año ganó el premio concedido por la revista Ring Magazine al boxeador del año.
Sostuvo un combate con el nigeriano Dick Tiger con el campeón semipesado y perdió. En el siguiente compromiso puso los títulos otra vez en juego, y en esta ocasión el 4 de octubre los retuvo por descalificación en siete asaltos del estadounidense Fraser Scott. El 22 de noviembre volvió a retener los títulos ante el excampeón mundial del peso wélter Luis Rodríguez (de origen cubano) noqueando en 11 asaltos.
Tuvo dos confrontaciones con Tom Bethea, una en Australia y Croacia, en su defensa inmediata enfrentó a Carlos Monzón al que venció por KO en 12 asaltos, en Roma. Ring Magazine lo nombró protagonista del Combate del Año. Luego de perder decisión con José Roberto Chirino, vino la revancha con Monzón, títulos en juego, perdió la vertical en el segundo y tercer asaltos, su entrenador arrojó la toalla y entonces anunció su retiro, Benvenutti se convirtió en un hombre de negocios y consejero de la ciudad de Trieste. Abrió restaurantes de clase y se hizo muy amigo de Monzón y Griffith. Envió a su hijo para recibir clases de boxeo con Griffith en Nueva York. Monzón fue invitado de honor en el programa de televisión de Benvenutti varias veces, y, cuando fue acusado de asesinar a su esposa en 1988, Benvenutti fue uno de sus defensores más leales, visitándolo en la cárcel en Argentina varias veces, y pidiendo por la libertad de Monzón. En 1995, sorprendió diciendo que había viajado a Calcuta, para hacerse voluntario en el hospicio de la madre Teresa.
Tras el fallecimiento de Éder Jofre en octubre de 2022, Benvenutti pasó a ser el campeón del mundo de boxeo vivo más longevo.
También le gustó el fútbol
Oriundo de Hungría (László Papp) fue el primer boxeador capaz de obtener tres medallas de oro olímpicas consecutivas en medio ligero, Helsinki 1952 y Melbourne 1956. La primera corona olímpica, Londres 1948, obtuvo su permiso para pelear como profesional siendo la primera ocasión que un ciudadano de un país comunista le era permitido ganar dinero. Esta hazaña volvió a repetirse con el cubano Teófilo Stevenson (1972,1976 y 1980); ganó el título europeo de peso mediano, lo defendió en siete ocasiones y llegó a derrotar al monarca José Torres, pero le cancelaron su autorización para continuar.
Su inclinación por el deporte nace como futbolista del club Sport Ferroviario de Budapest donde jugó con Ferenc Puskas, como miembro de ese club se inició también en el boxeo y debutó en 1944 en Kobanya. En 1946 fue seleccionado para el equipo nacional húngaro, tuvo sus primeras salidas al extranjero además de estar empleado como obrero en la Estación Este de Budapest. Cuando enfrentó al favorito local en 1948, John Wright, lo venció por puntos y logró así su primera medalla.
En Helsinki en 1952 bajó de categoría, y peleó como medio ligero, o superwelter. En la tercera y última ronda, Papp envió a la lona al decidido van Schalkwyk con un impresionante gancho de derecha, lo que le valió su segunda medalla de oro. La tercera llegó a Melbourne en 1956. Los estadounidenses presentaron a un prometedor pugilista llamado José Torres. Ambos llegaron a la final, donde Papp se alzó con su tercer título olímpico.
Surgido de la pobreza
Floyd Patterson, el último de once hermanos nació en un suburbio de Wake, Carolina del Norte, debido a su situación familiar su infancia fue dura, los problemas no disminuyeron pese al cambio a Brooklyn, como pandillero, echaba mano de lo que tuviera enfrente, a sus diez años fue detenido en 40 ocasiones, esto lo llevó a volverse huésped de un reformatorio. Esa experiencia la reconoció en su etapa adulta cuando aprendió a leer, escribir y entender el camino que debía seguir. Pudo enderezar el rumbo gracias al boxeo y a su entrenador Cus D’amato, que años después llevaría la carrera de Mike Tyson.
Patterson falleció a la edad de 71 años, su brillantez se refiere a la década de los 50, 60 primeros años de los 70. Su nombre se relaciona al lado de Muhammad Ali, pelearon en dos ocasiones y en la segunda, “El Conejo” se retiró. También rivalizó con Sonny Liston el “Oso Feo”.
Floyd comenzó a boxear a los doce años y cinco años después, su primer hito en su carrera: oro en JO de 1952 en Helsinki, a los pocos meses dio el salto al profesional, había fundadas esperanzas al ganar su primer campeonato ante el legendario Archie Moore, a la edad de 21 años fue el monarca más joven. Patterson se convirtió en el perfecto ejemplo de la alta sociedad que buscaba vender el afroamericano que con una infancia complicada había logrado reformarse.
Un breve repaso
Esto ha sido un débil reflejo sobre los héroes olímpicos que abrazaron la carrera profesional, algunos no con mucha suerte, pero a final de cuentas se convirtieron en parte de la historia del deporte. Paul González, Los Ángeles (1984), Fidel La Barba, París, 1924, Pascual Pérez, Londres 1948, Ricardo Delgado, México 1968, Juan Fabila Mendoza, Tokio 1964, Alfonso Zamora, Munich, 1972, Jackie Fields, París, 1924, Antonio Roldán, México 1968, Meldrick Taylor, Los Ángeles 1984, Pernell Whitaker, Los Ángeles 1984, Oscar de la Hoya, Barcelona 1992, Ray Leonard, Montreal 1976, Giovanni Benevenutti, Roma 1960, Lászlo Papp, Helsinki 1952, Melbourne 1956 y Londres 1948, Floyd Patterson, Helsinki 1952, Cassius Clay, Roma 1960, Leon Spinks, Montreal 1976, Ingemar Johansson, Helsinki 1952, Peter Rademacher, Melbourne 1956, Joe Frazier, Tokio 1964, George Foreman, México 1968.
Hubo otros como Evander Holyfield, bronce en Los Ángeles 1984, Lennox Lewis en Seúl 88, Mark Breland, Los Ángeles 19084 y luego vuelto actor de tv y cine, fue campeón olímpico en Los Ángeles 1984.
Muhammad Ali y su filosofía
Cassius Marcellus Clay viajó a Roma desde su natal Louisville, Kentucky con la esperanza de obtener una medalla de oro. El ring era su elemento, vence a Yan Becaus de Bélgica en dos asaltos, superó al campeón olímpico de 1956 (Melbourne) de peso medio Gennady Shatkov de Rusia y al australiano Tony Madigan y también al veterano de 231 peleas y tres veces campeón europeo Zbigniew Pietrzykowski.
Ali para su época fue influyente además de una figura social y de fuerte raigambre en su generación, en la política y en las luchas sociales o humanitarias a favor de los afroamericanos y el Islam.
Vivió su etapa de amateur como Cassius Clay, fuera del ring se opuso al reclutamiento, los grandes púgiles de ese momento como Archie Moore, Henry Cooper, Sonny Liston, Floyd Pätterson, Ernie Terrell, Joe Frazier, George Foreman y Ken Norton, fueron dignos adversarios. Por su desempeño fue considerado Rey del Boxeo, Deportista del Siglo XX nombrado por la acreditada revista Sport Illustrated y la BBC.
Cuando obtuvo la medalla de oro un periodista ruso le preguntó su opinión respecto de Estados Unidos a lo que respondió: “Entiéndalo, es todavía el mayor país del mundo. Por provenir de una sociedad gregaria, hacer a mi país más grande, a él me consagré”.
La imagen de Ali con el gobierno y la sociedad tuvo un giro radical en 1960 debido a la guerra en Vietnam. Ali daba conferencias en escuelas sobre su oposición a la guerra de Vietnam, fue un reflejo para los atletas afroamericanos y se suscitaron protestas antirracistas, incluso buscaban el boicot de nula asistencia a los Juegos Olímpicos del México 68. Durante la celebración de la justa prevaleció el “Black Power”, puño en alto y enguantado-; la foto de John Carlos fue captado con un puiño en alto, ahí en el podio, foto que dio la vuelta al mundo.
Se calcula que la inactividad obligada sufrida por Ali le dejó pérdidas de alrededor de cuatro millones de dólares.
Pero ésta fue una muestra de triunfo y desafío, demostró ser hombre de convicciones.
Esta actitud llevó a la prensa internacional a plasmar frases que lo convirtieron en una celebridad. “No es la montaña a escalar frente a ti lo que te hace retroceder, es la piedra en el zapato”.
“Una persona que sabe cuál es su propósito en la vida es más poderosa que diez mil que trabajan sin saberlo”. “Lo imposible solo es una palabra que usan los hombres débiles para vivir fácilmente en el mundo que se les dio, sin atreverse a explorar el poder que tienen para cambiarlo”. “Imposible no es un hecho, es una opinión”. “Imposible no es una declaración, es un reto”.
Lo anterior es un reflejo sobre la forma de afrontar la vida de la que Ali, jamás renegó. Nadie bailó en el ring como él. Nadie flotaba como una mariposa y picaba como una abeja… su grandeza no se podía encerrar sobre el ring, cargó con el peso de la historia sobre sus hombros en tanto flotaba como una mariposa.
¿Por qué Dios es blanco? para integrarlo a esta parte del artículo, esto si es posible.