Jermell Charlo: “Cuando quieres ganar algo tan grande, tienes que arriesgarlo todo”

POR HANS TEMÍSTODO
En la mayoría de las ocasiones, cuando un luchador se convierte en campeón indiscutible, suele dejar atrás la división. Además de las elevadas sanciones por poseer cada título mundial, simplemente buscan nuevos desafíos.
Jermell Charlo, por supuesto, estaba exactamente en esa posición. Las victorias sobre Tony Harrison, que hablaba basura, Jeison Rosario de voz suave y Brian Castaño, ofensivamente agresivo, llevaron a Charlo a la cima de la montaña del peso mediano junior.
Aunque todas las señales apuntaban a que Charlo perdería sus cuatro títulos, iría a la sala de pesas y haría campaña en las 160 libras, había algunas bocas más en las 154 libras que quería cerrar.
Una y otra vez, el jugador de 33 años afirmó que no tiene ningún problema en pasar el resto de su carrera en una sola división. Por ahora, sin embargo, planea tomar un pequeño desvío.
Enfrentarse a jugadores como Tim Tszyu y Brian Mendoza son opciones interesantes. Lo más importante es que Charlo (35-1-1, 19 KOs) simplemente no quería abandonar su trono indiscutible. Dicho esto, una vez que Canelo Álvarez lo llamó y le mostró un cheque de pago delicioso, Charlo no pudo dejar pasar la oportunidad.
Oficialmente, el belicoso campeón ascenderá dos divisiones de peso completo para enfrentarse a la estrella mexicana. En general, Charlo lo tiene todo. Un lugar en la lista libra por libra de prácticamente todos, cada baratija de campeonato en las 154 libras, riqueza generacional y respeto mundial. Aun así, a pesar de todo lo que ha logrado, Charlo ve una cita con Álvarez como su manera de perseguir la grandeza.
La pregunta que se ha hecho Charlo es si todo merece la pena. Desde un punto de vista financiero, la decisión de enfrentarse a Álvarez es una obviedad. Pero, en cuanto a aquellos que creen que ha logrado demasiado y que tiene todo que perder si se queda corto el próximo mes, Charlo, en una conferencia de prensa reciente, dijo que vale la pena correr el riesgo por el bote al final del arco iris.
«Cuando quieres ganar algo tan grande, tienes que arriesgarlo todo».