Vergil Ortiz: Buena sensación de volver a pelear en casa, esta vez será aún más fuerte

POR JAKE DONOVAN
Vergil Ortiz no planeó que su primera pelea del año sirviera como cabeza de cartel en su ciudad natal, pero ciertamente aprovechará la oportunidad.
Los planes originales requerían que el contendiente de peso welter mejor calificado se enfrentara al inglés Michael McKinson a principios de marzo en Los Ángeles. Una pelea inoportuna con rabdomiolisis obligó a Ortiz a retirarse del evento, aunque desde entonces la pelea fue reprogramada en un entorno más familiar. El par de pesos welter invictos chocarán el 6 de agosto en la cima de un espectáculo de DAZN en Dickies Arena en Fort Worth, a pocas millas de la ciudad natal de Ortiz en Grand Prairie, Texas.
“Es una buena sensación pelear de nuevo en casa”, dijo Ortiz a BoxingScene.com sobre pelear por tercera vez consecutiva en el área metropolitana de Dallas. “Ojalá esto sea mucho más grande. La parte de distanciamiento social limitó la cantidad de boletos que pudimos vender la última vez que estuvimos allí. Esperemos que tengamos mucha más gente en la arena esta vez.
“Será más fuerte esta vez que en la pelea de Maurice Hooker, si eso es posible. Fue jodidamente ruidoso la última vez”.
Ortiz (18-0, 18KOs) jugó en el mismo lugar en un enfrentamiento en Dallas con el ex campeón de las 140 libras Maurice Hooker (27-2-3, 18KOs) en marzo pasado. La pelea competitiva entre rivales amistosos terminó con Ortiz preservando su proporción perfecta de victorias por nocaut con un paro en el séptimo asalto. La pelea se llevó a cabo frente a tantos fanáticos como lo permitiera el distanciamiento social en ese momento, aunque todavía proporcionó suficiente ruido para una casa llena.
Un segundo viaje consecutivo a casa llegó con lo que se convertiría en la victoria más reciente y profunda de Ortiz. El contendiente de mano dura obtuvo un nocaut en el octavo asalto del ex retador al título Egidijus Kavaliauskas (22-2-1, 18KOs) el 14 de agosto pasado en The Ford Center en The Star en las cercanías de Frisco.
Ortiz ahora está presionado con una brecha de 51 semanas entre peleas cuando se enfrente a McKinson (22-0, 2KOs), un astuto zurdo que brinda una apariencia diferente a cualquiera que haya enfrentado hasta la fecha. Cualquier desconocimiento que surja en el ring al menos tendrá lugar frente a caras conocidas en casa.
“Es una gran sensación estar en una posición en la que con suerte puedes inspirar a estos jóvenes para que se enfrenten al boxeo. Solo se trata de ponérselo a mi gente en casa”.