Por Carlos Rivero
AQUELLOS COMENTARISTAS DE TV… Y HOY APARECE EL MUDO
No es que se añoren los viejos tiempos, las grandes crónicas de don Antonio Andera o de Jorge «Sony» Alarcón, un poco antes de Francisco «Paco» Malgasto o del propio e inolvidable Ángel Fernández. Por supuesto que fueron grandes maestros y si bien en su tiempo no tenía competencia jamás dieron puntos de opinión -eso creo- para defender promociones pese a que la imagen decía sólo una cosa.
Eso es justamente lo que hoy sucede, cuando fue la función de Jorge «Travieso» Arce contra Cecilio Santos los comentarista de TV Azteca jamás se cansaron de defender y elevar la actuación de Arce, promovido por esta cadena a través del promotor Fernando Beltrán para seguir vendiendo espejitos. Así como jamás dijeron que el golpe, que finalmente terminó con la pelea, fue un impacto bajo que no es lo mismo que un gancho al hígado.
Si me apuran, era hasta para descalificación y sin embargo, los cronistas jamás dijeron nada en una pelea en la que Cecilio pudo ganar y luego, y no lo entiendo, perdió.
Ni el analista de boxeo, Eduardo Ramazón, con tanta experiencia administrativa en el escritorio de secretario ejecutivo del Consejo Mundial de Boxeo (hoy el cargo lo ocupa el joven Mauricio Sulaimán) vio los golpes bajos más que ganchos al hígado o simplemente vale más el ruido, los gritos que son una contradicción en televisión, defender la promoción que decir la verdad y lo que sucede arriba del ring.
Hoy parece que se cuida más la promoción que el propio criterio.
De Carlos Aguilar, mejor ni hablamos. El suplente del amigo David Failtelson, cuando éste era el segundo de a bordo de José Ramón Fernández, en TV Azteca, no sólo desvirtúa la técnica de golpeo del boxeo sino que inventa y confunde a las nuevas generaciones y los veteranos que gustan de ver el pugilismo con sus frases como «golpe lateral».
Es tanto el afán por decir lo que no sucede arriba del ring, que por defender la promoción y a los boxeadores que presentan, falla en decir la verdad de los hechos tan a la vista de los televidentes.
Antes, cuando un boxeador y su manager llegaba de una pelea en el extranjero o en el interior de la República se sólo decir que «nos robaron», porque no había tanta comunicación como hoy. Parece que los del Ajusco se quedaron en esa etapa y no se han dado cuenta de la globalización de este planeta llamado Tierra.
En la otra tienda (y que conste que no soy seguidor del Televisa) hay análisis, seriedad, crónica puntual y sobre todo que el peso de promoción de las funciones no recae en sus cronistas y comentaristas a tal grado que se han visto enfrentados Eduardo Camarena -para mí el mejor cronista de boxeo por televisión- y el doctor Alfonso Morales, sobre todo tras aquel episodio del seudoboxeador y hoy seudepolítico, Jorge Kahwagi contra Dwayne Swift, púgil que cayó hacia la izquierda con un gancho de mano zurda (jajajajaja). Camarena defendió al boxeo y dijo que aquello había sido una farsa y el galeno defendió al millonario boxeador.
Entonces surgió aquella frase del Boxeo Verdad.
Esa forma de ver el boxeo, de decir la verdad, sigue con Lalo y se vio en la última pelea del novato Saúl «Canelo» Álvarez contra José Miguel Cotto, en la que se dijo con acierto los errores del boxeador de Guadalajara y que no estaba, todavía, listo para las Grandes Ligas del boxeo.
Eso es orientar, sin necesidad de gritos, que en la televisión suele ser una incongruencia grande si los televidentes ven la imagen de las acciones. Hoy, creo, luego de este boom del pugilismo en la pantalla chica y gratuita (aunque siempre diferida con una hora o más) es una gran oportunidad de tener más adeptos al boxeo o de lo contrario como mucha gente me ha comentado, en cierto canal, prefieren quitarle el volumen y poner al mudo.