A SUS 55 AÑOS, EL LADO OSCURO DEL CMB

Por JUAN GUTIÉRREZ JR.
Al llegar a 55 años de vida, el Consejo Mundial de Boxeo, tiene poco o nada que festejar.
La reciente serie televisiva de la vida de Julio César Chávez, “El César”, que llegó a su fin el viernes pasado, puso contra las cuerdas y al borde del nocaut al organismo.
En una de las tantas entrevistas para publicitar la serie, Chávez revela que su primer “pase” de cocaína que consumió en su vida, fue en el festejo de la pelea que tuvo ante el Héctor “Macho” Camacho y que ganó por la vía de los puntos, el 12 de septiembre de 1992, en el Thomas and Mack Center de Las Vegas.
A partir de entonces –así la confianza- ya no pudo dejar esa maldita droga que lo esclavizó hasta llegar a las gradadas de la locura y de la muerte. Sólo el que pasa por esos caminos sabe de lo que Julio César, “Mr. Nocaut”, tuvo que sufrir hasta llegar a su rehabilitación, por obra y gracia de Dios.
Cuando JC hizo tales declaraciones, la gente del boxeo volteó inmediatamente a ver al Consejo Mundial de Boxeo y se preguntó ¿cómo es que el organismo nunca se dio cuenta del hecho en los antidopings o no se quiso dar cuenta?, si vinieron muchas peleas más de campeonato con el CMB.
Incluso el finado Don José quedó muy mal parado en esta historia, pues cuando Amalia, en aquellos tiempos, llamó a conferencia de prensa para anunciar su divorció de su esposo Chávez, por causas de alcoholismo y drogadicción del sonorense, el dirigente del organismo salió inmediatamente a ponerle el pecho a las balas y hacer una defensa a ultranza del ídolo boxístico y dijo que JC nunca había dado positivo en el antidoping. Ahora el tiempo pone a cada quien en su lugar.
Pero en honor a la verdad, esto no es privativo del Consejo Mundial de Boxeo, Mike Tyson fue campeón no sólo del CMB, sino también de la Asociación Mundial de Boxeo y Federación Internacional de Boxeo al mismo tiempo y tampoco “nadie se dio cuenta” que era aficionado al alcohol y la cocaína.
En su autobiografía “Verdad Indiscutible”, Tyson habla abiertamente y declara que peleó drogado en la mayoría de sus peleas y hasta que uso “un pene falso para pasar los controles antidoping”. Pero y ¿los supervisores de las funciones? se hicieron de la vista gorda y los engañaron como en alguna película de Viruta y Capulina o el Gordo y el Flaco.
Por eso que ahora hablan de controles “estrictos” de controles antidoping nadie les cree. Cuando les conviene salen y se “manchan” con algunos peleadores, que no dejan mucho dinero, pero en cambio con los boxeadores que son cheques al portador y dejan jugosas ganancias, hasta van y les piden perdón. “Lo que usted diga campeón”.


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