TIENE GRAN FUTURO

ROCKY3

Siempre remando contra corriente: Eduardo “Rocky” Hernández

Capitalino de nacimiento, Eduardo “El Rocky” Hernández, es uno de los referentes de la nueva generación de boxeadores mexicanos, que buscan continuar con la tradición de nuestro país como potencia dentro del mundo de los puños, sin embargo y pese a sus resultados, muchos lo cuestionan y eso ha sido uno de sus grandes impulsores, demostrar todos los días que sus logros son el producto de un arduo trabajo y no de mera suerte.
“Fue una niñez con varias carencias, no muy baja pero si nos tuvimos que privar de varias cosas, por ejemplo mis papás tenían que trabajar de tiempo completo y casi no nos aprovechábamos como familia, llego un momento donde mi hermano mayor Ramón tuvo que apoyar económicamente a la familia, él se metió a trabajar en ese entonces en una tiendita donde le pagaban 15 pesos por día”.
“Hoy gracias a dios mi padre trabaja arreglando equipo médico y mi mamá con el apoyo de todos ya la sacamos de trabajar, porque durante la primaria y parte de la secundaria nunca la tuvimos por estar trabajando”, agrega.
Luego de 5 años en el futbol es cuando decide dar el salto hacia un deporte que le generaba inquietud y le provocaba duda el saber que se sentía estar arriba de un ring, “yo empecé jugando futbol, me avente como cinco años de jugador, en un deportivo que se llamaba Victoria de las Democracias y en los baños había un pasillito para ir al gimnasio de box y me llamaba la atención, los sábados que no trabajaba mi papá nos poníamos a ver las películas de Rocky Balboa en la casa y me preguntaba que se sentiría estar peleando, yo le pedí a mi papá que me metiera al box y a los 10 años es cuando me mete”.
El tema de la salud fue un buen motivo para buscar probar suerte en algo diferente, “al principio yo solo lo veía como para bajar de peso porque era una persona que sufría de sobrepeso, yo a los 10 años ya estaba en los 60 kilos y era una persona chaparrita”.
Dentro de los momentos más complicados que ha vivido es que mucha gente a su alrededor, sin conocerlo, lo criticaban, “a mí me tocó vivir cosas como que al ganar la pelea la gente me llegaba y me decía que solo era suerte, que eso se me iba a acabar a la siguiente pelea, o muchos que se acercaban a ver y sin saber el sacrificio que esto implicaba dicen que el box es para gente ignorante o pendeja, hoy me da gusto que a muchos de ellos les he callado la boca”.
Aunque ya como profesional “recuerdo mucho como eran los días antes de la pelea contra “Vikingo” Terrazas, donde la gente en el entrenamiento y en el pesaje me mentaban la madre, me decían de todo, le decían a mi rival que me rompiera la quién sabe qué, que no me la iba a acabar, yo tuve que aguantar porque adentro de mí yo sabía que esa noche tenía que ser mi noche”.
Al igual que en las películas de Rocky, conforme pasaba la pelea se fue ganando al público, “y así paso, primero me mentaban la madre y poco a poco durante la pelea me iban unos cuantos apoyando, conforme avanzaba cada vez eran más, yo lo tome con calma y esa noche entendí que eso es parte de, que había que disfrutarlo más que otras veces, pasara lo que pasara yo siempre me iba a ver con la frente en alto como ganador”.
Con una carrera corta pero llena de muchos éxitos “no me arrepiento de nada, hasta la fecha todo lo que llevo lo llevo con orgullo, el pasado nunca lo voy a negar porque el pasado es lo que hace lo que hoy eres”.


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