JUGÓ CON SU OPONENTE

Erislandy Lara derriba a Johan González dos veces y retiene el título de la AMB

Por Jake Donovan

El campeón actual más antiguo del boxeo se impuso al más nuevo retador al título por primera vez en este deporte.

Erislandy Lara jugó con su oponente Johan González, quien llegó a última hora, y logró dos derribos en camino a una contundente victoria por decisión unánime. Los resultados fueron de 118-108, 119-107 y 120-106 para Lara, quien retuvo su título de la AMB de las 160 libras el sábado por la noche en el Frost Bank Center, sede de los San Antonio Spurs de la NBA.

Lara, con un récord de 32-3-3 (19 KOs), subió al ring a los 42 años y sin pelear desde su victoria por nocaut en septiembre de 2024 sobre el excampeón de dos divisiones, Danny García. No mostró signos de desgaste en el ring, y tuvo un comienzo contundente contra un retador superado, González. La primera caída del combate llegó a mediados del primer asalto. Un zurdazo impactante impactó a Lara, quien se agachó y se burló de González antes de que el árbitro Mark Nelson le indicara que se dirigiera a una esquina neutral.

DETALLES

González, con marca de 36-5 (34 KOs), logró desestabilizar su ofensiva en el segundo asalto. Lucía radiante entre asaltos, y con razón, ya que esta pelea ni siquiera estaba en su radar hasta el martes. El venezolano, radicado en Las Vegas, reemplazó al campeón de la FIB y la OMB de las 160 libras, Janibek Alimkhanuly, con marca de 17-0 (12 KOs), quien presentó un resultado negativo por niveles elevados de meldonio, una sustancia prohibida.

El debutante, aspirante al título, se dedicó por completo a la lucha mientras empezaba a encontrarle un lugar a su mano derecha. Lara recibió bien los golpes y mantuvo el control, principalmente con su mano izquierda, al menos cuando se acordaba de lanzarla.

La acción se ralentizó en el tercer asalto, un pecado capital para los aficionados presentes en San Antonio, quienes abuchearon con vehemencia la pausa. Lara mantuvo la distancia durante gran parte del asalto, pero conectó un recto de izquierda que desestimó brevemente a González en los últimos 30 segundos.

González apuntó al cuerpo en el primer minuto del cuarto asalto. Lara se encontró momentáneamente con la espalda contra las cuerdas antes de zafarse rápidamente. González continuó avanzando, aunque en gran medida con una agresividad ineficaz. Lara boxeó con el pie trasero y pudo acribillar a su rival con zurdazos.

Lara encontró la oportunidad de acelerar el ritmo en el quinto asalto y volvió a lastimar a González. Izquierdas consecutivas lo mandaron contra las cuerdas. Fue el momento culminante de otro asalto de baja potencia, ya que su jab controló el lento combate.

González caminó directo hacia Lara para comenzar el sexto asalto, aunque su esfuerzo no dio ningún resultado favorable. Lara se refugió en la bolsa y combinó jabs de derecha con ocasionales rectos de izquierda. El acondicionamiento de González —entrenarse como suplente y por un título importante son dos cosas distintas, después de todo— se convirtió en una preocupación, ya que a estas alturas estaba visiblemente jadeando. El ritmo pausado de Lara mantuvo al veterano en buen estado, mientras se conformaba con acumular asaltos.

La misma tendencia se mantuvo durante toda la dolorosamente aburrida segunda mitad de la noche.

Como era de esperar, Lara se sentía cómodo peleando a un ritmo pausado. González lanzó más golpes en casi todos los asaltos, pero también fue superado en todos ellos.

Uno de los momentos más memorables, aunque cómicos, del resto de la pelea se produjo durante un choque de cabezas en el noveno asalto. Ambos boxeadores fallaron por completo sus golpes de poder y luego se estrellaron. González logró conectar un golpe bajo durante la secuencia, para colmo de males.

Hubo momentos en el décimo asalto en los que Lara lastimó tanto a González que podría haber sentenciado el combate si hubiera lanzado más de un golpe a la vez. Ese sentimiento fue compartido por el reconocido esquinero Ismael Salas, quien instruyó a su pupilo a aprovechar esos momentos y no conformarse siempre con ganar un intercambio.

No cuajó del todo, aunque Lara amenazó con salir de su caparazón en el duodécimo y último asalto. González tuvo que soltar las manos y luego provocar al veterano, pero Lara añadió un punto de exclamación a la victoria por blanqueada con su segunda caída de la noche.

El momento llegó en los últimos segundos del combate. González agitó los brazos e incluso pateó el suelo, exigiendo a Lara que atacara. El campeón defensor respondió con izquierdazos al centro del cuerpo, mientras las rodillas de González se doblaban antes de que un último golpe lo enviara a la lona. Superó el conteo, pero apenas llegó a la campana y escuchó las tarjetas desequilibradas a favor de su oponente.

La actuación y el veredicto fueron antípodas a las anteriores de González. Nueve meses después, había logrado una sorpresiva victoria sobre el excampeón unificado de las 154 libras, Jarret Hurd; apropiadamente, el último boxeador en asestarle una derrota a Lara, en su memorable combate de unificación de la AMB/FIB en abril de 2018.

Lara lleva ocho peleas invicto desde aquella noche. Su victoria del sábado marcó su tercera defensa exitosa del título completo de la AMB de 160 libras tras su ascenso en 2023.

Lara-González formó parte de un evento de pago por evento de cuatro peleas. Encabezando la cartelera, Isaac Cruz, campeón secundario de las 140 libras del CMB, defiende su título contra Lamont Roach Jr.


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