TODO LO QUE SUBE BAJA

El declive «repentino» de Chris Eubank Jr. se remonta a 2019.

Por Matt Christie

Ahora todo parece tan obvio: Chris Eubank Jr. jamás iba a vencer a Conor Benn en la revancha, tal era su deterioro físico. Las pistas eran evidentes.

También se puede rastrear su origen desde muy atrás.

Podría argumentarse que no ha sido el mismo boxeador desde que optó por regresar al peso medio a finales de 2019. Antes de eso, había dominado a un James DeGale ya veterano durante 12 asaltos. Fue la sexta pelea de Eubank en las 168 libras en un período de dos años.

DETALLES

En diciembre de 2019, en su primer combate de regreso en peso medio, aprendimos poco de la pelea contra Matvey Korobov debido a que el ruso se retiró a los 34 segundos del segundo asalto con una lesión en el hombro.

Eubank no volvió a pelear hasta mayo de 2021, tras un parón de 16 meses, cuando pesó 73 kg (161 libras) para su combate a puerta cerrada de 10 asaltos contra Marcus Morrison en Manchester. Con 31 años, Eubank dominó gran parte del combate, pero no impresionó, ya que tuvo dificultades para acorralar a su rival e imponer su superioridad atlética a un boxeador que posteriormente sería noqueado por Zach Parker y Denzel Bentley.

En aquel momento, era lógico suponer que Eubank estaba en plena transición, dejando atrás su antiguo nivel para convertirse en uno nuevo. Era su primer combate bajo la tutela de Roy Jones Jr., y ambos habían estado perfeccionando el estilo del inglés en Florida durante la pandemia. Esta pandemia se mencionó como otra posible razón por la que Eubank no estaba en su mejor forma: primero, acababa de pasar el periodo más largo de inactividad de su carrera; y segundo, la falta de ambiente creó un escenario peculiar para el combate, dado que los aficionados tenían prohibida la entrada.

En cualquier caso, el Eubank que venció a Morrison por puntos no era ni la sombra del Eubank que había destrozado a pesos medios británicos e irlandeses como Gary O’Sullivan, Nick Blackwell y Tom Doran antes de subir de categoría cinco años antes.

Seis meses después de la victoria sobre Morrison, Eubank volvió a decepcionar ante un Wanik Awdijan claramente inferior, hasta que un potente golpe al cuerpo obligó al alemán a permanecer en su esquina al final del quinto asalto. Para este combate, Eubank marcó 74,5 kg (164 libras).

En febrero de 2022, se vislumbraron destellos del «viejo» Eubank cuando derribó a Liam Williams tres veces en los primeros cuatro asaltos. Pero los espectadores quedaron perplejos cuando Eubank permitió que el galés volviera al combate y, a pesar de otro derribo en el undécimo asalto, le complicara la noche mucho más de lo que parecía al principio. Ya se rumoreaba que Eubank, a sus 32 años, podría estar empezando a declinar.

Luego se anunció que Benn sería el siguiente en enfrentarse a Eubank en octubre de 2022. El combate se fijó en un peso pactado de 71 kg (157 libras), 5 kg (11 libras) menos que el peso que Eubank había alcanzado en su mejor momento. La pelea se canceló 48 horas antes de su inicio al descubrirse que Benn había dado positivo en dos controles antidopaje, pero para entonces Eubank ya había alcanzado un peso que no había tenido desde su adolescencia. En aquel momento se desconocían las consecuencias de esa extrema delgadez en su cuerpo, apenas tres años después de competir en la categoría de peso supermediano.

Tres meses después, en enero de 2023, Eubank fue derrotado por nocaut técnico en el cuarto asalto por Liam Smith en una sorprendente victoria. Parecía que su resistencia a los golpes, que siempre había sido excepcional, lo había abandonado. A estas alturas, debería haber sido evidente que sus hábitos de pérdida de peso estaban teniendo un efecto adverso.

Quizás la confusión se explique por lo que sucedió después: una aplastante victoria sobre Smith en su regreso. Lo que desconocíamos, sin embargo, era el calvario que Smith había sufrido para llegar a la fecha de septiembre de 2023. El veterano admitiría más tarde estar diezmado por las lesiones y alegaría que su entonces promotor, Ben Shalom, le había advertido que, si no aceptaba el lucrativo combate, no se reprogramaría.

Eubank pasó entonces 13 meses fuera del ring. Regresó contra Kamil Serenata en un combate diseñado para abrir el apetito de cara al inminente enfrentamiento con Conor Benn. Tras ver a Eubank ganar en siete asaltos, Benn comentó: «Si pelea así contra mí, lo noqueo». Y tenía razón. Eubank se veía inestable, incluso dominando en gran medida el combate. Sus piernas ya no tenían la misma agilidad, su mentón había perdido resistencia y la potencia de sus golpes ya no parecía contundente.

Avancemos rápidamente a abril de este año y a esa batalla titánica con Benn. Cabe recordar que Benn no había demostrado su valía en peso welter, ni había impresionado en sus recientes combates contra Peter Dobson y Rodolfo Orozco. Sin embargo, le dio un buen susto a Eubank, supuestamente uno de los mejores pesos medios del mundo. Benn, que nunca había peleado ni en peso medio ni en categoría mundial, acertó una y otra vez. Que Eubank ganara la pelea a los puntos, a pesar de que el estrés de dar el peso, sumado a la dureza del combate, le obligó a pasar dos noches en el hospital, creó la ilusión de que aún tenía mucho que ofrecer. Al fin y al cabo, acababa de ganar la pelea más importante de su vida, presenciada por millones de personas. Sin embargo, si esa versión de Eubank se hubiera enfrentado a alguien como Hamzah Sheeraz, por ejemplo, ahora parece improbable que hubiera ganado. Improbable también que hubiera regresado al campamento de entrenamiento apenas tres meses después.

Lo que nos lleva al presente. Con su reputación reforzada tras derrotar a Benn y la promesa de otro premio de 10 millones de libras (13 millones de dólares), no debería sorprender que decidiera jugárselo de nuevo. Tampoco debería sorprender su estado físico. Siete meses después de que su rostro se hinchara por la grave deshidratación, al menos seis años después de su mejor momento y con dos kilos y medio menos que cuando debutó a los 22 años, resulta francamente increíble que Eubank llegara al final del combate.

Sin embargo, el declive no se produjo de la noche a la mañana; llevaba años gestándose.


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