Se contempla la presencia de Danny «Coloradito» López, miembro del Salón de la Fama, y rival de la leyenda mexicana: Todo listo para rendir honores a Sal Sánchez en Santiago Tianguistenco

Con la develación de un cuadro del gran Salvador Sánchez, en el pasillo del gimnasio Nuevo Jordán, y con la presencia de su señora madre, María Luisa Narváez y sus hermanos, fue el homenaje póstumo que recibió la leyenda del boxeo mexicano, a 43 años de partir de este plano terrenal, evento que fue más que emotivo con la presencia de aficionados y jóvenes pugilistas.
Asimismo, la propia familia ofreció una conferencia de medios en el histórico gimnasio, con la presencia de Bladimir Juárez, Director Deportivo del Nuevo Jordán, y del promotor Guillermo Quijano, quien el día 30 de agosto, en la Mansión Tepotzotlán, también rendirá honores al gran Sal Sánchez, con una velada boxística.
«Fue una persona grande (de corazón) y muy responsable. Siempre fue disciplinado. La familia está muy orgullosa de él, a 43 años de su fallecimiento (se cumplirán el día 12 de agosto). Toda la familia aún siente su partida y el tiempo nos ha ayudado un poco», dijo la señora Narváez de 87 años de edad.
La madre de la leyenda del pugilismo mexicano, habló de cómo fue que su hijo decidió ponerse los guantes y convertirse en ese admirado boxeador que con el tiempo el público recuerda aún sus logros, hazañas, arriba del ring.
«Le gustó el box, y dijo a la familia que quería ser boxeador, la familia lo apoyó y vimos su respuesta y responsabilidad. Gente de Estados Unidos y otras partes del mundo vienen a recordarlo».
Javier Sánchez, séptimo hermano de Sal Sánchez, ahondó más el acercamiento de su hermano con el pugilato.
«Empieza a entrenar a los 14 años. Él no tenía en mente ser boxeador, quería ser doctor o abogado. Su amigo José Sosa (ex boxeador y amigo de Salvador en su infancia) invitó a Salvador a entrenar y le gustó, así que llegó a la casa y les dijo a mis papás que quería ser boxeador», explicó.
«Fue entregado, disciplinado. Comenzó a entrenar en el Viejo Jordán, después en los Baños Margarita (se ubicaba frente al Mercado Hidalgo). Agustín Palacios fue su primer entrenador e hizo su carrera. Cristóbal Rosas fue quien lo llevó a ganar el título del mundo con nueve defensas del título de peso pluma».
Fue contra el boricua Wilfredo Gómez, donde la familia de Sal Sánchez, vivió con mucho nerviosismo el enfrentamiento, ya que el boxeador puertorriqueño venía de vencer a grandes boxeadores mexicanos.
«A mí me dijo que no me pusiera nerviosa, que iba a ganar. Gómez decía que para qué trajeron a pelear a Salvador si lo iba a matar. Fue una pelea tremenda. La ambulancia ya esperaba a Wilfredo, así vivimos la pelea», rememoró la señora María Luisa.
De la muerte de su hijo, la señora señaló que solo saben de qué fue un «accidente automovilístico» sin saber si fue «provocado o de forma natural»
Amado Sánchez, sexto hermano de once hijos que tuvo María Luisa Narváez, dio a conocer que el día 12 de agosto, en Santiago Tianguistenco, como es cada año, se le rendirá un homenaje póstumo a la leyenda, donde se tiene contemplado la presencia del miembro del salón de la fama y ex campeón mundial, Danny «Coloradito» López, quien enfrentó a Salvador en dos ocasiones, con victorias del púgil mexicano por la vía del nocaut.