ES FAVORITO 4-1

Emanuel Navarrete busca redención en su regreso a San Diego

Por Jake Donovan/Foto: Mikey Williams/Top Rank

Emanuel Navarrete ha creado un número considerable de seguidores en lo que ahora es su cuarto viaje de negocios a San Diego.

Sin embargo, su aparición anterior en la ciudad fue una decepción para sus fans y para él mismo.

El mexicano Navarrete, favorito en las apuestas 4-1, con un récord de 39-2-1 (33 KOs), vio interrumpida su racha invicta de 12 años y 34 peleas al ser superado por puntos por el entonces invicto Denys Berinchyk el 18 de mayo en la Arena Pechanga. Su intento por convertirse en campeón de cuatro divisiones terminó con una decisión dividida a favor del ucraniano Berinchyk, quien se adjudicó el título vacante de peso ligero de la OMB esa noche.

Un nocaut en el sexto asalto sobre el ex campeón de dos divisiones Oscar Valdez el pasado 7 de diciembre vio a Navarrete mejorar su desempeño en su primera pelea 16 meses antes.

El objetivo para este fin de semana es continuar con esa trayectoria ascendente y eliminar para siempre el mal sabor de boca que le dejó su última pelea en la ciudad.

«Estoy muy feliz de regresar a San Diego», declaró Navarrete a BoxingScene. «La vida te da segundas oportunidades. Así me siento con esta pelea».

En lugar de enojarme, me siento motivado a volver a este lugar. Primero, puedo hacer lo que mejor sé hacer y tratar de ganar.

Como era de esperar, la oportunidad de redención personal de Navarrete llega contra otro oponente invicto. En su regreso al Pechanga Arena, el actual campeón de peso superpluma de la OMB, en tres divisiones, arriesgará su cinturón contra el filipino Charly Suárez, con marca de 18-0 (10 KOs). ESPN transmitirá su combate en una doble cartelera este sábado, a partir de las 10:00 p. m. ET/7:00 p. m. PT y hora local. (Nota del editor: Navarrete sufrió un difícil corte de peso para llegar a las 130 libras antes de esta pelea, sobre la cual Lance Pugmire escribió aquí).

No fue el récord perfecto de Berinchyk lo que preocupó a Navarrete en mayo pasado. El boxeador de San Juan Zitlaltepec, México, ahora de 30 años, simplemente parecía estar fuera de su elemento en el peso ligero, algo comprensible dado que su primer título fue en peso pluma junior.

Sea como fuere, la noche marcó la segunda pelea consecutiva en la que Navarrete no logró nada. Apenas seis meses antes, había empatado con el brasileño Robson Conceição, lo que puso fin a su racha de 33 victorias consecutivas, que se remontaba a 2012.

Navarrete volvió a la normalidad en su más reciente pelea, una de las mejores de su carrera. Derrotó a Valdez por 32-3 (23 KOs) tres veces en una paliza unilateral hace cinco meses en el Footprint Center de Phoenix, Arizona. El combate se llevó a cabo 16 meses después y a solo 30 minutos de la cómoda victoria por puntos de Navarrete sobre su compatriota en el Desert Diamond Arena de Glendale.

“Cuando peleé con Berinchyk, sentí como si me hubieran atado los brazos a la espalda”, reveló Navarrete. “Se notó en la revancha con Valdez; me sentí mucho más suelto, mucho más fluido. No fui tan dinámico ni explosivo como suelo ser en el ring cuando peleé con Berinchyk”.

Volví a ser el mismo de siempre contra Valdez. Estaba mucho más fuerte y podía conectar mis golpes con precisión, lo que me permitió cerrar como lo hice.

Estilísticamente, Navarrete recibirá de Suárez una imagen diferente a la que tendrá de cualquier otro oponente reciente.

El único denominador común entre los boxeadores a los que Navarrete se ha enfrentado en sus últimas cuatro salidas es que Suárez era un boxeador amateur con amplias credenciales. El boxeador de 36 años, originario de Metro Manila, representó a Filipinas en los Juegos Olímpicos de Río 2016 y también participó en la Serie Mundial de Boxeo.

Un comienzo tardío en el ranking profesional, sumado a su edad han dejado a Suárez con una mentalidad de ahora o nunca al entrar en su primera oportunidad de su carrera por un título importante.

Navarrete insiste en que se ha entrenado para esa versión muy peligrosa de su retador, mientras entra en su pelea número 16 por el título de su carrera.

“Existe una rivalidad entre México y Filipinas”, reconoció Navarrete. “Ha crecido y me alegra añadir otro jugador a esta creciente lista. Fue olímpico y tiene un gran talento. Estamos trabajando arduamente para asegurarnos de que México vuelva a prevalecer en esta rivalidad”.

La motivación adicional es mejorar su récord de 4-1 en una ciudad cuyos aficionados lo han acogido como si fuera uno de ellos.

Navarrete estuvo perfecto en San Diego antes del revés contra Berinchyk. Más preocupante que la derrota en sí fueron los rumores sobre si estaba repentinamente en el final de su carrera.

“Quiero dar lo mejor de mí en cada pelea”, dijo Navarrete. “No siempre funciona, como vimos cuando peleé contra Berinchyk. Así que era importante estar en mi mejor forma la próxima vez que subiera al ring contra Valdez”.

“Quiero demostrarle al mundo que sigo mejorando con cada pelea”.


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