TUVO HEMORRAGIA CEREBRAL

El equipo de Luis Alberto López culpa a los jugadores por una lesión que puso en riesgo su carrera

Por Lucas Ketelle

La carrera de Luis Alberto López está en peligro después de sufrir un brutal nocaut en el décimo asalto a manos de Ángelo Leo en agosto.

El nocaut, propinado con un gancho de izquierda que envió el título de peso pluma de la FIB de López a Leo, ocurrió en el Tingley Coliseum y dejó a López con una hemorragia cerebral, lo que puso en serias dudas sobre su futuro en el ring.

Lo que hasta ahora es la mejor noche de la carrera de Leo puede terminar siendo el último momento de López en el ring.

El co-manager de López, Héctor Fernández de Córdova, no se contuvo en sus críticas sobre el manejo de la pelea, particularmente señalando al árbitro Ernie Sharif.

“Fue uno de los peores árbitros que he visto en mi vida en el boxeo”, dijo Fernández. “Un tipo como ese no merece estar en el ring a nivel de título mundial, ni siquiera con aficionados. Es un carnicero. Como árbitro, debes proteger a los boxeadores entre sí y de sí mismos”.

La situación se agravó aún más después de la pelea, y el equipo de López afirmó que enfrentó resistencia por parte de la Comisión Atlética de Nuevo México para garantizar que López recibiera atención médica de seguimiento.

“La comisión estaba tratando de convencerme de que no lo llevara al hospital”, dijo Fernández. “Me decían: ‘No es necesario’. Pero yo pensaba: ‘Si ustedes no quieren pagar por ello, está bien. Yo lo pagaré. Pero estamos hablando de la salud de mi boxeador’. Él ni siquiera sabía que la pelea había terminado”.

Finalmente, López fue trasladado al hospital, donde pasó la noche en observación. “El neurólogo nos dijo que la hemorragia se detuvo, pero que necesitaremos otra resonancia magnética en seis meses”, dijo Fernández. “Si López todavía quiere seguir peleando, rechazaré cualquier oferta hasta que tengamos esa resonancia magnética. Para mí, no se trata de dinero ni de legado; se trata de la vida del boxeador. Son como mis hijos, mis hermanos. No los pondría en ningún peligro”.

Fernández también aclaró que la lesión de López no fue causada por un intento de puñetazo legal, sino que cree que la hemorragia cerebral fue resultado de golpes de conejo, y explicó que el médico le informó que la hemorragia se produjo en un ángulo de 72 grados sobre la oreja izquierda de López.

Cuando se le pidió que comentara, Leo defendió su actuación e insistió en que sus acciones estaban dentro de las reglas. “No me considero un peleador sucio”, dijo Leo. “Nunca apuntaría a la nuca debido a los daños que he visto que eso le causa a otros peleadores”.

Leo reconoció la naturaleza física de la pelea, pero sostuvo que sus golpes fueron legales. “Creo que gran parte de la acción fue desde adentro”, dijo Leo. “Ambos estábamos lanzando ganchos a los costados de la cabeza, que son golpes legales. Una vez me amonestaron por un golpe de conejo porque él se estaba agachando, pero aparte de eso, no creo que haya alterado el curso de la pelea”.

Para complicar aún más la situación, la FIB ha impuesto el límite de peso de 10 libras para el combate en la mañana, lo que exige que los peleadores pesen dentro de las 10 libras de su peso del día anterior. López, que ha peleado tanto en peso pesado como en peso ligero, puede haber tenido problemas con el corte de peso, lo que podría haberlo debilitado antes de la pelea, un problema que aún no se ha abordado ampliamente.

A pesar de estas preocupaciones, el problema más urgente sigue siendo la lesión cerebral de López, un duro recordatorio de los riesgos que corren los boxeadores y la delgada línea entre el triunfo y la tragedia en el boxeo.


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