QUE NO ES CRÍTICA…

Las estadísticas que demuestran que Canelo Álvarez ya no es el mismo peleador que alguna vez fue

Por Tris Dixon

No es nueva información que Saúl “Canelo” Álvarez no es el peleador que era hace varios años, pero eso es más una observación que una crítica.

El ícono mexicano sigue siendo uno de los mejores peleadores del deporte y posiblemente su principal atracción.

Aún puede hacer números sólidos sin importar su oponente. En el caso de este sábado, una decisión más lucrativa hubiera sido que Álvarez se enfrentará a David Benavidez, pero le irá bien si se enfrenta a Edgar Berlanga.

Benavidez es un golpeador de gran volumen y mano dura y Canelo realmente no necesita ninguno de esos atributos en la esquina opuesta, no es que sienta que le tenga miedo a Benavidez.

Pero el hambre, la ambición y el entusiasmo de Benavidez fueron sellos distintivos del ascenso de Canelo, desde el peso welter hasta el peso mediano junior y sus tarjetas de presentación, aunque siguen siendo temibles y dignas de respeto, son diferentes en 2024, ahora que tiene 34 años de edad.

Durante su ascenso a la prominencia como la figura más destacada del deporte, Canelo boxeó 14 veces en 154 libras, tuvo cuatro salidas en peso mediano y sus últimas 11 peleas fueron en 168, donde domina hoy, y en 175 libras, donde reclamó una parte del título contra Sergey Kovalev antes de perder una decisión ante Dmitry Bivol y regresar a 168.

Allá por el año 2010, y haciendo campaña en las 154 libras, Canelo estaba derrotando a peleadores como Ryan Rhodes, Matthew Hatton, Carlos Baldomir, Lovemore Ndou, Kermit Cintrón y Josesito López, y esa racha se detuvo después de una empática derrota por puntos ante Floyd Mayweather, antes de que se volviera al orden familiar contra James Kirkland, Miguel Cotto y Amir Khan.

Las estadísticas de CompuBox revelan que, en aquellos días, Canelo conectaba 17,8 de 39,4 golpes por asalto, incluidos 13,6 de 27,2 por asalto de sus golpes de poder, o incluso un 50 por ciento.

Esas peleas lo incluyeron luchando por resolver el rompecabezas presentado por el cubano Erislandy Lara, mientras esperaba su momento como un matón de peso -o un negociador inteligente, dependiendo de su perspectiva- contra el ex campeón de las 140 libras Amir Khan.

Su ascenso al peso mediano lo vio dominar a Julio César Chávez Jr., luchar dos veces en igualdad de condiciones con Gennady Golovkin y defenderse del neoyorquino Danny Jacobs.

En las 160 libras, fue más activo desde una perspectiva de volumen, lanzando 45,8 golpes por asalto, conectando el 35,8 por ciento (16,4 golpes) y anotando 10,9 de 25,9 golpes de potencia por asalto.

Esta versión actual de Canelo, que se llevó todos los títulos en la categoría supermediana (antes de que la FIB decidiera recientemente despojarlo) y que ha ganado títulos en la categoría semipesada, está conectando 13,4 golpes de 38,3 por asalto, una tasa de éxito del 35 por ciento. Los golpes de poder se han reducido a 9,7 por asalto (de 20,8 lanzados), pero anota con una regularidad del 46,6 por ciento.

Hoy, Canelo está conectando y lanzando menos golpes totales por round (siete menos por round de los que lanzaba en 160 y 154) y esa cifra se ilustra mejor en su producción de golpes de poder, porque los 9.7 de 20.8 lanzados son una caída de 13.6 de 27.2 en 154.

“Menos es más para esta versión de Canelo”, dijo el fundador de CompuBox, Bob Canobbio. “Esta estrategia de menos es más se aplica también a Bernard Hopkins”.

Hopkins, uno de los grandes pesos medianos, tuvo un éxito asombroso al final de su carrera en la categoría de 175 libras. Su rendimiento disminuyó significativamente con el paso del tiempo. Durante el período de 20 peleas de mayo de 1990 a febrero de 2022, lanzaba unos 57,1 golpes por asalto, pero desde marzo de 2003 hasta diciembre de 2016 (un lapso de 22 peleas), Hopkins lanzaba casi 20 golpes menos por asalto, pero era tan preciso como siempre.

En defensa, Hopkins era un boxeador astuto, y Canelo también lo es ahora. Pero no sólo tiene esas cualidades generales del ring que son tan vitales al más alto nivel, sino que tiene el poder de infundir miedo y ganarse el respeto de sus oponentes con su poder. Su velocidad y precisión con contraataques rápidos son suficientes para hacer que un oponente prácticamente se calle, y, francamente, les está presentando muchas menos oportunidades de éxito.

En 154, los enemigos de Canelo no pudieron conectar un promedio de 25 por ciento de 49.9 golpes lanzados en su dirección, y aunque eso aumentó al 25.8 por ciento en el peso mediano, las dos peleas de toma y daca con Golovkin deformaron esa estadística y las 11 peleas en 168 y 175 resultaron en ser golpeado menos de 10 veces por asalto, con sus oponentes conectando escasos 9.8 golpes, con un 20.9 por ciento.


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