ANIVERSARIO LUCTUOSO DE UNO DE LOS MÁS GRANDES MÁNAGERS DEL BOXEO MEXICANO

Fue uno de los más grandes mánager que ha dado México y que dejó una huella imborrable que será difícil de superar. Don Pacho Rosales es un ícono del pugilismo de nuestro país y gracias a su gran amistad con el ex presidente, Adolfo López Mateos, comenzó a fraguarse el Consejo Mundial de Boxeo.
Su trabajo en el boxeo lo llevó a conocer muchos países y fue amigo de grandes personalidades, como Mario Moreno “Cantinflas”, Joaquín Cordero y muchos artistas, incluso fue invitado a hacer cine, pues era un hombre de éxito.
“Oye Pancho: ¿si los mexicanos son tan buenos en el boxeo por qué no hay campeones mundiales?”, interrogó López Mateos a Rosales y éste le explicó de la mafia que existía en ese momento en Estados Unidos era la que manejaban los títulos a su antojo, por lo que el Primer Mandatario se animó a crear el Consejo Mundial de Boxeo y se le encarga al escritor Luis Spota para que empiece a trabajar en el proyecto.
Fue un primero de septiembre de 1993 cuando Don Pancho dejó de existir, víctima de un para cardiaco, pero al repasar su historia uno se puede dar cuenta que quizá el boxeo mexicano nunca volverá hacer el mismo, pues en la cúspide de su carrera, llegó a tener ¡110 peleadores estrellas! (sin contar peleadores de 4, 6 y 8 rounds) y no era el número uno en ese reglón, en la época de oro del boxeo mexicano.
Don Pancho nació el 4 de octubre de 1907, en la colonia Guerrero, en el corazón de la actual Ciudad de México y desde muy joven se aficionó al boxeo e hizo peleas en el terreno amateur, nunca fue profesional, pero se dio el lujo de tener una pelea con quien más tarde fuera Presidente de México, Adolfo López Mateos y le ganó en 1923. De ahí se hicieron muy amigos y el gran manejador entraba y salía de la residencia oficial de Los Pinos, muy a menudo.
Luego de dejar el boxeo amateur, Pacho Rosales Pérez se enteró de que el astro estadunidense, Jack Dempsey daría una exhibición en el Distrito Federal y fue al hotel donde se hospedó. Esperó pacientemente a que saliera, pues era su gran ídolo. Cuando el estadunidense salió para dirigirse al gimnasio había mucha gente esperándolo y cuando se le cae una maleta a Jack Don Pacho se abre paso entre la gente Don Pancho para recogerla. Dempsey, ante tal gesto, lo hace su ayudante, algo que al mexicano le parece un sueño.
El manejador, a partir de ahí, decide convertirse en mánager profesional muy joven y la primera Comisión de Box del Distrito Federal, de 1923, le entrega la licencia número 3 de la historia.
Pero no sólo Don Pancho destacó en el medio boxístico, era famoso por las grandes fiestas que hacía y a las que asistían lo más granado de la sociedad: políticos, empresarios artistas de cine y, por supuesto, los mejores boxeadores del momento. En aquel tiempo ver al exitoso mánager llegar al gimnasio de finos trajes era normal y se convirtió en la moda entre el gremio.
Su primer boxeador fue el “Gato” Félix, pero dirigió a incontables boxeadores destacando, los campeones mundiales, Raúl «Ratón» Macías, “Joe” Becerra, primer campeón mundial absoluto mexicano, Ultiminio Ramos, José Ángel «Mantequilla» Nápoles, Rubén “Púas” Olivares y Alfonso Zamora, en su segunda etapa, “Baby” Arizmendi (campeón mundial por una noche al día siguiente le dijeron que sólo había ganado el título de New York), Germán Torres y Miguel -Ángel González. Manejo a boxeadores de la talla como Luis Villanueva Páramo “Kid Azteca”, “Kid” Joe, “Kid” Anáhuac, “Baby” Vázquez, Julio César Jiménez, el «Schmeling Yucateco», Juan Favila, medalla de plata Tokio. “Memo” Díez, Manuel “Pulgarcito” Ramos, “Batling” Torres, y muchísimos más que no acabaríamos en un buen rato.
