
Por CARLOS ROSALES, mánager profesional
Ante el cambio político tan fuerte que empezara el próximo primero de septiembre en la Ciudad de México donde la hegemonía de un partido se divide a la mitad se esperan grandes cambios en la gobernabilidad y el boxeo parece no será la excepción.
Por décadas la CDMX fue conocida como la catedral mundial del boxeo con hasta 3 funciones semanales de box profesional.
Actualmente, el boxeo profesional es ocasional y la mayoría de las veces de calidad dudosa, desaparecieron los torneos profesionales y hasta los Guantes de Oro son recuerdos.
Increíblemente los gimnasios de boxeo abundan, los entrenadores al vapor salen por todos lados, sorprendiendo a los inexpertos deportistas, trabajando donde caiga en condiciones muy riesgosas.
El 99% del boxeo local, promotoras, boxeadores, managers y entrenadores, prefieren comprar y trabajar con una licencia de los estados vecinos, que les otorga mejores opciones y garantías.
El boxeo capitalino se encuentra en una crisis nunca vista, que nadie puede ocultar, principalmente por el gran abandono de las autoridades competentes a la Comisión de Box Profesional, donde hasta la inexistente FECOMBOX, AC., pasa por encima de está demostrando su nula capacidad.
La Comisión de Boxeo Profesional y la Asociación de Boxeo Amateur se convirtieron en botín de guerra donde los intereses de negocios particulares están totalmente por encima y ajenos a los intereses del estado, de ser representado para regular y promover legalmente desarrollo de este deporte espectáculo.
Ante el cambio político de la CDMX donde las fuerzas políticas están divididas más o menos a la mitad esto pude provocar grandes cambios favorables pues competirán por ganarse la confianza del ciudadano con miras a la Presidencia de la República.
Empezando porque cada alcaldía puede tener sus propios organismos boxísticos, logrando ingresos locales y transparentando todos los pagos que generan los tramites boxísticos, abriendo fuentes de trabajo y verdaderas oportunidades y garantías a todo el sector boxístico, los promotores podrán hacer sus cálculos reales con costos públicos y recibos oficiales y no como en la actualidad a criterio de una persona con cargo honorífico, sin responsabilidad alguna, al no percibir sueldo alguno y dedicar sólo su tiempo libre a un trabajo que debe ser profesional.
Ya es hora de sacar la administración del boxeo de paga, del tan señalado limbo jurídico que dicen en las oficinas del gobierno. La Esperanza Boxística esta puesta en la competencia política de la nueva distribución política de la CDMX.