Dos prospectos mexicanos recibirán la gran oportunidad de lucir su potencial en el extranjero este sábado, en un país de gran historia boxística como Argentina, y buscar el triunfo que puede ubicar sus respectivas carreras en planos estelares.
Luis “Huesos” Orozco y Mauricio “Bronco” Lara ya tomaron su vuelo a Argentina, donde tendrán peleas muy complicadas, ante rivales invictos, en acciones que serán transmitidas en territorio mexicano por Azteca 7, la Casa del Boxeo.
En el turno estelar, el “Huesos” Orozco (12-1-1, 8 ko’s) se enfrentará a uno de los más sólidos prospectos del boxeo argentino, como lo es Agustín Mauro “Avión” Gauto (12-0-0, 8 ko’s) estando en disputa el campeonato Internacional Minimosca OMB.
Gauto ha ganado sus seis peleas más recientes por nocaut, incluyendo una victoria sobre un mexicano, Jesús Cervantes, a quien liquidó en un round el pasado mes de abril, en Hermosillo.
Orozco viene de perder su invicto mediante una polémica decisión mayoritaria el pasado mes de julio ante el invicto Luis Fernando Villa, no ha peleado fuera de territorio nacional y la del próximo sábado será su cuarta pelea de este año.
Por su parte, Mauricio “Bronco” Lara (16-2-0, 10 ko’s) intentará imponer su experiencia y poder de puños, ante el uruguayo Eduardo “Pesadilla” Estela (10-0-0, 6 ko’s) en lo que se espera una disputada contienda a 10 rounds en peso Superpluma.
Lara ha ganado sus cinco peleas más recientes, le ha quitado el invicto a cinco rivales en su carrera (Joel Córdova, Julio César Olvera, Eduardo Báez, Luis Gerardo Pérez y Sergio Chirinos), además de tener otras victorias de impacto como las logradas ante Israel Rodríguez Picazo (9-1-0), Daniel Colula (10-2-2), Guillermo Ávila (17-7-0) y Óscar Barajas (18-7-1).
Su rival, Eduardo Estela, sólo ha peleado ante un rival con 10 peleas o más (Rodrigo Jonathan Martínez, con marca de 5-6-3, a quien noqueó en 7 rounds) y sólo dos veces ha peleado más de 6 rounds en una contienda.
Orozco y Lara tienen esta gran oportunidad de triunfar en su primera pelea en el extranjero, a donde viajan como promesas y pueden regresar convertidos en realidades.