PIE DE FOTO: Julio César Martínez, junto con sus hijos, y el señor Guillermo Flores junto con su hijo del mismo nombre, y el entrenador Mauricio Aceves, el «Chale».
El boxeador capitalino y clasificado mundial Julio César Martínez (12-1-1, 9 KOs), expresó su gran motivación ya que el día 19 de enero en Inglaterra, enfrentará al inglés Andrew Selby, en eliminatoria por el campeonato mundial de peso mosca del Consejo Mundial de Boxeo, que posee actualmente el nicaragüense Cristofer Rosales.
Lo anterior lo afirmó el mismo pugilista junto con su entrenador Mauricio “Chale” Aceves, en el Salón Lupita de la colonia Martín Carrera, donde los hermanos Alfonso y Guillermo Flores, le hicieron una comida al boxeador que se ubica como el número 2 del mundo en la división de los 50.800 kilogramos. Asimismo agradeció el apoyo por parte del señor Gabriel Herrera.
“Ya empezamos con la preparación; llevamos un mes, primero Dios nos vamos el lunes o martes al Centro Ceremonial Otomí para concentrarnos veinte días”, comentó.
Julio César señaló que gracias a sus méritos se ha hecho de un lugar en el boxeo de nuestro país.
“Vamos por eso y más. Primero vamos a conquistar esa pelea. Vamos a trabajar con un nutriólogo para saber hasta dónde podemos bajar de peso para, incluso, pelear por un título en peso minimosca”.
La preparación para su duelo de eliminatoria mundial será más que intensa para llegar en las mejores condiciones físicas.
“Vamos a entrenar con Ricardo ´Hulk´ García, también con ´Severo´ Carmona y el ex campeón Carlos Cuadras, ellos nos van a ayudar en el Otomí. Son tres boxeadores fuertes y que saben lo que es enfrentar a ex campeones mundiales”.
Julio César Martínez abundó que el británico Andrew Selby es un boxeador con un estilo sólido.
“Es técnico y rápido. En las peleas que nos ha tocado enfrentar hemos peleado con boxeadores de todos los estilos. No se me hace un rival muy difícil. Es fuerte más no complicado”.
El entrenador Mauricio Aceves, agradeció el apoyo de la promotora Clase y Talento que preside Eddy Reynoso por el apoyo total que ha tenido hacía su pupilo.
