Carlos «Príncipe» Cuadras se apresta a estrenar el campeonato supermosca WBC, ante el filipino Sonny Boy Jaro
PRENSA PROMOCIONES DEL PUEBLO
Con el ánimo por los cielos, el púgil sinaloense Carlos “Príncipe” Cuadras se aprestar a estrenar su condición de soberano supermosca del Consejo Mundial de Boxeo (WBC, por sus siglas en inglés), al encarar al peligroso filipino Sonny Boy Jaro, el próximo 20 de septiembre en sede por definir.
En lo que confía será una auténtica fiesta mexicana, pondrá en juego por primera ocasión el campeonato mundial WBC de las 115 libras (52.163 kilogramos), que conquistó el pasado 31 de mayo en la Sala de Armas de la Magdalena Mixhuca (al oriente de la capital mexicana), donde le propinó una aplastante derrota al tailandés Srisaket Sor Rungvisai.
El medallista panamericano sabe que su primera exposición del fajín verde y oro WBC no será sencilla, pues tendrá enfrente a un oponente sumamente peligroso, que sabe de ser campeón del mundo, y sin duda, saltará al encordado con el propósito de recuperar su condición de soberano universal.
Ante tal situación, el orgullo de Guamúchil, Sinaloa, quien se caracteriza por ser un boxeador profesional, se le puede ver alistándose en la sala de entrenamientos, pues su deseo es perdurar por mucho tiempo en el trono de la división de peso supermosca.
El príncipe de los encordados cuenta con una marca invicta de 30 combates ganados, 24 de estos por la vía del “cloroformo puro”, cuenta que planea incrementar en el mes patrio, al encarar a Sonny Boy Jaro, en otra atractiva mega cartelera de la prestigiada firma Promociones del Pueblo, y que será transmitida a través de la señal de Televisa Deportes.
Por su parte, el púgil tagalo a quien se le recuerda por encarar a oponentes mexicanos como Édgar Sosa, Giovanni Segura y Óscar Ibarra, cuenta con un récord de 37 peleas ganadas, 27 de estas por nocaut, a cambio de 13 derrotas y cinco empates.
Considerado un verdadero guerrero de los encordados, Sonny Boy Jaro, garantía de espectáculo y gran boxeo, vendrá a México con la firme intención de aguarle la fiesta a Carlos Cuadras, en lo que se vislumbra como un guerra entre naciones.