Por JUAN GUTIÉRREZ JR.
Erislandy Lara resultó un fiasco.
Cuando Saúl “Canelo” Álvarez le dio la oportunidad al isleño de pelear contra de él, la mayoría de los aficionados pensaron que el jalisciense se había equivocado en su decisión, pues corría mucho peligro, pero Lara, quien había dicho que iba a dar la pelea de su vida en este duelo, no fue más que un petardo.
Creo Erislandy se hizo notar más por su lengua larga, con sus declaraciones incisivas antes de la pelea, que arriba del ring. La gente lo abucheaba, pues no presentaba pelea, el pensó que si metía dos o tres golpes en el rostro del “Canelo”, como si fuera boxeo amateur, iba a ganar la contienda.
Es innegable que ese tipo de boxeo que hace el Lara, para algunos, (muy pocos), les gusta, incluso, lo llaman boxeo “científico”, pero qué aburrido es, la gente quiere ver peleas atractivas, donde se vea el buen boxeo, por supuesto, pero también peleadores que arriesguen y vayan en busca de la gloria, lo cual el cubano nunca intentó.
Lara, me atrevo a decir, nunca tendrá acceso a las grandes bolsas, al igual que su compatriota, Guillermo Rigondeaux, pues sus peleas son de verdadero bostezo, son poderosos somníferos, indicados para todas aquellas personas que sufren de insomnio severo.
Es que los aficionados quieren ver show, peleadores que tengan pundonor y que estén dispuestos a jugarse en pellejo de ser necesario y no peleadores que están corriendo alrededor del ring. ¡Qué flojera!
Es de risa que Lara se haya sentido “robado” y después de pelea pidió la revancha. ¿Lara no se dio cuenta que no dio la mejor pelea de su vida y jamás se paró para intercambiar metralla para ver si podía noquear al ‘Canelo’? Aquello habría sido sensacional y hubiera puesto de pie al público, pero le faltaron arrestos para hacerlo.
Erislandy Lara quedó a deber mucho en esta pelea y no obstante que es campeón del mundo interino, tendrá que seguir pidiendo oportunidades, pues con ese tipo de boxeo lo único que provoca entre los aficionados es un fastidio monumental.













