GRACIAS A MI VIEJITO ADORADO:
Por alguna razón el destino me llevó a ser el hijo más cercano a mi papá en lo que se refiere al boxeo. Desde pequeño me llevaba a la Arena Coliseo, al Toreo de Cuatro Caminos, a conferencias de prensa y a todo tipo de eventos con gente del boxeo.
Mi papá fue y siempre será mi héroe, mi inspiración, mi guía para todo en la vida y el ser «hijo de José Sulaimán» siempre me abrió las puertas en la vida, me llenó de oportunidades y ahora me coloca como el presidente de su querido Consejo Mundial de Boxeo. Ser su hijo es mi máximo orgullo y es lo más grande que puedo tener como estandarte en la vida.
Mi papá dedicó su vida a servir, a romper paradigmas, a lograr lo que pareciera imposible, a tender su mano a quien la necesitara, fuera quien fuera y sin importar la magnitud del problema o la necesidad.
Él tuvo a una gran mujer a su lado, mi mamá, «Doña Martha» quien fue el soporte incondicional que le permitió salir como el Quijote de La Mancha a conquistar el mundo y le pido a Dios poder contar con el mismo apoyo por parte de mi esposa Christiane.
Trabajaré día tras día para lograr honrar la memoria de mi papá, basado en su ejemplo, con honestidad, honorabilidad y humildad.