Por JUAN GUTIÉRREZ JR.
Desde que se anunció que David Carmona iba a ir a Argentina como rival del campeón supermosca de la Organización Mundial de Boxeo, Omar Narváez, la gente de boxeo sabía que el joven mexicano iba ser llevado al matadero, que iba a ser carne de cañón, tal y como sucedió.
Otra vez un promotor sin escrúpulo, en este caso Ricardo Maldonado Jr., provoca la precipitación de un boxeador que iba en ascenso poco a poco y que de pronto lo llevan a pelear en calidad de costal, pues todavía no era el momento de una empresa de esa magnitud. Ahora –cuando menos- habrá que investigar cuánto dinero se cobró por esta pelea y cuánto recibió el boxeador.
Habrá que estar pendientes.
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