TODO MUNDO SABÍA QUE IBAN A MASACRAR A CARMONA EN ARGENTINA, MENOS SUS “DIRIGENTES”.
Cortesía: Notifight.com
El súper campeón mundial supermosca de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), el chubutense Omar “El Huracán” Narváez , destruyó al monarca juvenil supermosca OMB, el mexicano David “Severo” Carmona , por nocaut técnico en el séptimo asalto, y así defendió por novena ocasión de su corona, en el combate estelar de la velada desarrollada en la noche del sábado en el Villa La Ñata Sporting Club, en Benavídez, provincia de Buenos Aires, Argentina.
Narváez, que fuera recodan argentino al totalizar 16 defensas exitosas de su título mundial mosca OMB, exponía por novena vez el cinturón que supermosca que conquistó en mayo de 2010, y hacía su combate mundialista N° 28 (queda con marca 26-1-1 en peleas titulares), hizo lo que quiso y resolvió a gusto el desafío que significaba Carmona, actual N° 9 del ranking mundial supermosca OMB, que jamás logró siquiera incomodarlo. Con su clásica velocidad de desplazamientos y lanzamientos, el campeón trabajó cómo y cuánto se lo propuso. Con su precisión intacta, rapidez y característica línea técnica, dominó desde la primera campanada a un retador más alto y de mayor alcance, que a pesar que lo intentó, nunca pudo mantener la distancia. Tan es así que el chubutense de entrada se metió en la corta, donde impactó sus punzantes cross zurdos y diestros al mentón, con que lo hizo sangrar de la nariz. Sin embargo, lo más destacado fue el constante y desgastante trabajo con sus ganchos zurdos y diestros a las costillas y zona hepática con que fue permanentemente mermando su resistencia. Con cada gancho o directo al cuerpo, Carmona acusaba marcado recibo. Y eso además permitía al campeón abrirle aún más su guardia y seguir conectando sus cross, rectos y uppercuts al rostro. Con el correr de los minutos, las distancias eran cada vez mayores. Poco a poco, el combate se tornó en un monólogo y una exhibición del nacido en Trelew. Tanto era el desgaste al cuerpo, que en el sexto capítulo, Narváez conectó un contundente gancho diestros zurdo a las costillas con que lo envió al suelo. Si bien se puso de pie, solo era una cuestión de tiempo. Porque en el séptimo, “El Huracán” lo sometió con sus ganchos al cuerpo y sus cross al mentón, y luego se le fue encima poniéndolo contra las cuerdas, donde castigó a placer con sus izquierdas y derechas cruzadas al mentón de un liquidado mexicano, por lo que su entrenador, José Luis Bueno, arrojó la toalla, que obligó al árbitro argentino Mario González a señalar el final, que desató el festejo de todo sus seguidores.