Por RENÉ GUERRERO
La empresaria, Susana Castillo, salió a dar la cara al ser acusada por un mánager norteño y oficiales de ring, de aún no haber pagado sus salarios, por la función del pasado 15 de mayo, en el Hotel Hilton, de la Ciudad de México, cartelera que encabezó Adrián «Confesor» Hernández ante José Guadalupe «Lobito» Martínez, la que por cierto fue una gran pelea.
Castillo, ejecutiva de Márquez Boxing Promotions, explicó a BOXNOTICIAS.NET que debido a que algunos patrocinadores que habían quedado de apoyar la ambiciosa cartelera, le dieron la espalda, se tuvo que hacer un acuerdo con los boxeadores que iba actuar en la función, para cobrar su salario el miércoles siguiente a la función, es decir el 19 mayo.
«Ese día estaban listos todos los cheques de los peleadores y oficiales de la Comisión de Box», dijo Susana Castillo y agregó que el problema que tuvo con José Guadalupe Esquivel, manager del «Bruce» García, es que éste pretendía que el dinero se le depositara en una cuenta de un familiar, lo cual no era posible pues se corría el riesgo que después se dijera que no se había pagado la cantidad.
Lo cierto es que ya se investigó que Esquivel fue manipulado por una persona (no quiso dar el nombre) para lastimar a Márquez Boxing Promotions ante la opinión pública, incluso, los cheques de los comisionados que actuaron en esa función, están en sus oficinas de Polanco, pero no se han dignado a ir a cobrar, para que firmen de recibido.
Susana dijo que «tengo la frente en alto, aquí está los cheques listos para pagarlos, lo que no me gusta es que se haya actuado con perversidad, de gente que no soportó que Márquez Boxing Promotions haya entrado a la actividad de la promoción y la idea era meterle el pie, pero no lo van a lograr, de una vez les decimos a esa gente que seguiremos haciendo boxeo».
Susana Castillo reconoció que en esta primera función pagó su derecho de piso, pero le ha dejado una gran lección para las siguientes carteleras del mismo nivel que la primera, pues se dio cuenta que la gente respondió, cuando se le presentan peleas niveladas, sin buscar «inflar» a nadie, como es muy común en este tiempo.