Por JUAN CARLOS GUBI
La práctica de la paz y la reconciliación es una de las acciones humanas más esenciales y artísticas: Thich Nhat Hanh, monje budista.
Hasta hace pocos meses parecía que jamás iba a suceder, su rechazo era mutuo, se odiaban «cordialmente», sin embargo eso ha quedado en el pasado. El viernes pasado en Golpe a Golpe, de ESPN, el ex triple campeón mundial, Erik «Terrible» Morales, estuvo de visita a lado de su acérrimo rival -hasta hace poco- Marco Antonio Barrera, quien trabaja en el programa, compartiendo micrófonos con el periodistas, Jorge Eduardo Sánchez.
Se dice que el acercamiento entre ambos ex monarcas del orbe fue dentro de los recientes premios que entregó Televisa Deportes a lo más granado del deporte mexicano. Ahí ambos fueron reconocidos y el acercamiento se dio, luego de muchos años, de no poderse ver «ni en pintura», con «odio jarocho».
Desde antes de su primer pelea en el año 2000 ya había animadversión del uno al otro, pues sencillamente no se soportaban y vino la guerra de declaraciones que duró por mucho tiempo, siempre tirándose con todo y a matar.
Sin embargo, ahora Barrera, llamó «amigo» a Erik y éste reconoció que de los rivales más difíciles dentro de su carrera fue Marco Antonio, no Manny Pacquiao, Jesús Chávez u otros, sino Barrera. Después vinieron las preguntas por parte de Jorge Eduardo y la obligada fue si se volverían enfrentar, en lo que sería la cuarta versión, y aunque por momentos se decía que sí, que no, «todo puede pasar», el «Barreta» indicaba la realidad, que esa esa pelea está muy lejos, pues Erik pretende pelear de 140 libras para arriba (peso superligero), Marco fue concreto que en estos momentos sin entrenar daría 135, por lo que subir lo haría «gordito», pues siempre ha sido un peso chico, además dijo que «no quisiera manchar esa trilogía», a lo que Erik hizo una sonrisa, como diciendo que la tercera, a favor de Barrera, había sido un atraco, como todo mundo la recuerda.
Jorge Eduardo profundizó sobre esa enemistad y Erik fue el primero en decir que «todo pasa, estamos en hermandad, amistad, grupo, gremio de boxeadores… se van curando las heridas», ahí entró la voz de Barrera y reafirmó «se van curando las heridas, la verdad todo se olvida. La verdad fue una locura -pero recompone- no una locura, sino algo de jóvenes que no puede volver a ocurrir, por que ya estamos maduros. Yo respeto a Erik Morales y como se lo dije en un programa, en mí tiene a un amigo».
En realidad el programa fue muy interesante y, sobre todo, noticioso, pues la nota era ver juntos, otra vez en poco tiempo, a dos personajes encontrados por más de diez años y ahora intentando convivir en buena onda, lo cual parecía que nunca iba a suceder, por las declaraciones recientes de ambos ex campeones del mundo.
Tanto Morales como Barrera, finalmente, han entendido que lo mejor de la vida es sumar y no restar.
