Por Edmundo F. Hernández Vergara
Tijuana, B. C.- Dicen que para ser, primero hay que parecer y esta premisa la cumple cabalmente Antonio Lozada Torres, un superligero de extracción titjuanense y escasos 20 años de edad, cuya estatura, figura espigada y alcance inmejorable encajan sin problema alguno en el prejuicio que pudiera existir respecto a la apariencia de un campeón.
Y es que Lozada, con todo y su rostro de niño, tiene estampa de campeón y no sólo la estampa, pues sus cualidades lo respaldan y lo han llevado a destacarse en medio de una camada interesante, que promete refrescar a mediano plazo, las glorias del boxeo de esta frontera.
Por lo pronto, el llamado «Cañitas» -nombre de ring heredado por su padre, quien a su vez adoptó el apodo gracias al parecido físico con Carlos Zárate- se encuentra listo para estelarizar la función que se realizará este sábado10 de abril en el Palenque del Parque Morelos, cuando se mida al colombiano Henry Aurrad (12-2-1, 9 nocauts), en un duelo en el que estará en juego el cetro Fecarbox de las 140 libras, avalado por el prestigiado Consejo Mundial de Boxeo (CMB).
Sin duda, se trata de la prueba más importante de la incipiente y fructífera trayectoria de Antonio Lozada Jr. (21-0, 18 nocauts), quien confía en la preparación que ha realizado bajo la supervisión de su entrenador Luis Román y, desde luego, de su padre, un personaje muy apreciado y respetado en el ambiente del arte de fistiana, por su trato y profundo conocimiento en la materia.
Recién concluido el entrenamiento del sábado, Lozada descansa los brazos sobre las cuerdas de uno de los entarimados del Gimnasio Ulloa y habla del compromiso en puerta con este espacio:
«Es la pelea más importante, la más dura y la prueba principal para dar el siguiente paso hacia otro nivel», asegura.
«Me motiva pelear por un campeonato y más por uno avalado por el CMB… me motiva todo lo que tenga que ver con esta pelea», agrega.
Pese a haber realizado la prueba de los 12 rounds por primera ocasión en su carrera, el joven se aprecia sereno, sin alteraciones en su respiración y así nos lo hace saber.
«Es la primera vez que hago la prueba de los 12 rounds y no me siento exhausto… estoy sorprendido. El entrenamiento ha sido muy completo y lo hemos llevado de una manera muy tranquila, aunque ha sido intenso. Sólo estoy esperando el momento de la pelea», afirma.
-¿Cómo te imaginas la pelea ante el colombiano?
«Me la imagino muy dura. Creo que va a sacar chispas y esperemos que al rival le gusten los golpes y pelee de tú a tú. Lo único que le ofrezco a la gente son golpes y un gran espectáculo para este sábado. Esa noche va a haber show y todos van a salir contentos».
-¿Qué sabes de tu adversario además del récord? ¿Has visto videos?
«Sé que es un pegador, que aguanta y que es alto como yo… no he visto ningún video de él».
-¿Qué se siente entrenar y estar sometido a dietas cuando todo mundo anda en la playa?
«Cañitas» ríe con cierta resignación y expresa:
«Confieso que me da un poco de nostalgia ver a los jóvenes de mi edad que tienen su libertad, pero todo sacrificio tiene su recompensa y espero tener la mía muy pronto. Mañana es mi cumpleaños y me la pasaré acostado, descansando y con dietas, sin poder salir y sin diversiones, pero son los sacrificios que tiene que hacer un boxeador si quiere llegar.
«Pero después de la pelea… ¡agarrénme!», añade en tono de broma.
-¿Cómo valoras estelarizar una función de box en una plaza tan importante como Tijuana?
«Es muy emocionante, pero a la vez hay mucha presión, mucho nerviosismo y es bonito demostrarle a la gente lo que uno quiere ser. Esperemos que la afición responda este sábado y que vaya a la arena… no se van a arrepentir».
Su alcance y 1.85 metros de estatura no son comunes en las 140 libras y él lo entiende y sabe perfectamente que puede canalizar su físico como una enorme ventaja sobre el cuadrilátero.
«La verdad sí creo que sean una ventaja mis condiciones físicas. Me sacrifico para dar el peso, pero el día de la pelea llego con muchas ventajas por mi estatura y el alcance, principalmente y eso puede ayudarme a ganar muchas peleas», indica.
Pese a la negativa inicial de sus padres para incursionar de manera activa en un mundo en el que nació y creció, la vocación y el peso de los genes -por partida doble- terminaron por abrirse paso.
«Nunca vi pelear a mi papá, pero siempre estuve en el ambiente y desde chico supe que había sido boxeador a través de las fotografías de sus peleas. También mi abuelito Inés Torres, en paz descanse, fue entrenador allá en Culiacán y todos mis tíos, por parte de mi mamá, fueron boxeadores… crecí en el ambiente, crecí viendo videos y escuchando pláticas de box. Entonces, a nadie debe sorprenderle que ahora yo sea boxeador», subraya.
«En un principio nadie quería en mi casa que fuera boxeador, pero yo lo tenía decidido desde los seis años. Durante mucho tiempo mis padres se negaron y me pedían que estudiara, pero a los 14 años tomé la decisión, me puse a entrenar y debuté a los 16, y de ahí para adelante han sido puras victorias», recuerda.
-¿Qué te dicen tus padres ahora?
«Mis padres me apoyan bastante y son muy sinceros conmigo. Incluso, mi mamá me ha regañado aunque haya ganado las peleas, porque no lucí y les agradezco que no me solapen, porque a la larga eso ayuda muchísimo».
A su corta edad, se confiesa admirador del boxeo de «Kid» Gavilán, Roberto Durán y del actual campeón ligero del CMB, Humberto «Zorrita» Soto.
«Me gusta mucho la explosividad de Humberto ‘Zorrita’ Soto, de los peleadores actuales. Y de los viejos tiempos, admiro mucho a ‘Kid Gavilán’, a quien he visto en videos al igual que a Roberto Durán», señala.
De los monarcas tijuanenses, no duda en mencionar a Erik Morales como su referente.
«Crecí viendo a Erik Morales, admirando su boxeo y la verdad ése es mi sueño, ganar un título mundial para Tijuana, cómo lo hizo él. Sé que todavía no estoy preparado para eso, pero se va a dar más adelante».
-¿Te ves en un futuro ocupando los espacios de los monarcas tijuanenses como Erik y Margarito?
«Todos los campeones han sido únicos. No va a haber otro Chávez ni otro Erik… nadie va a llenar nunca el hueco que dejaron, pero si puede haber otro buen campeón y ojalá pueda ser yo».
Finalmente, Antonio Lozada Jr. confiesa tener un motivo extra para ganar la pelea de este sábado:
«Le dedico la pelea a mi primo recién fallecido, Miguel Ángel Rodríguez. Él murió ahogado hace unos meses y era un gran boxeador amateur y el título va para él. Es una motivación muy importante que tengo para esta pelea», puntualizó.