BUENOS AIRES, abr 22 (DyN) – El quilmeño Sergio «Maravilla» Martínez (45-2-2, 24 ko’s), monarca de la división mediano para el Consejo Mundial de Boxeo y la Organización Mundial de Boxeo, fue destacado con el título de supercampeón por la segunda de estas entidades, según confirmó el mismo pugilista.
De este modo, Argentina suma dos supercampeones en el plano internacional, ya que el año pasado fue el supermosca chubutense Omar Narváez (31-0-2, 19 ko’s), quien recibió esta distinción de parte del presidente de la OMB, el puertorriqueño Francisco Valcárcel.
«Maravilla» obtuvo este premio, que entre otras cosas lo faculta para retar directamente a cualquier monarca de la entidad, por haber destronado en un combate espectacular al noqueador estadounidense Kelly Pavlik (36-2-0, 32 ko’s), el último sábado.
Tan clara fue la victoria del estilista bonaerense que logró imponerse en las tarjetas (y en un fallo unánime) a una de las principales figuras del mercado norteamericano en condición de visitante absoluto, ya que la pelea se desarrolló en el Boardwalk Hall de Atlantic City.
Pese a que está radicado en Madrid desde 2002, Martínez sacó a relucir su corazón albiceleste al afirmar, en declaraciones al diario Clarín, que «ganar fuera de tu país es como gritar un gol con la tribuna vacía».
«Yo sabía que los argentinos estaban presentes en algún lado, pero después de esto, mi sueño es pelear en el Luna Park», confesó «Maravilla».
El zurdo de 35 años todavía tiene en su poder el cetro superwelter del Consejo, pero está obligado a elegir una de las dos coronas de ese organismo en los próximos días y ya manifestó que desea «unificar los campeonatos mundiales de las cuatro entidades y ser campeón de todo», por lo que proseguirá con su carrera en peso mediano.
Sin embargo, su objetivo inmediato es concretar la revancha con Antonio Margarito (37-6-0, 27 ko’s), quien lo venció por nocaut técnico en el séptimo round de un duelo que se realizó el 19 de febrero de 2000 en Las Vegas, cuando Martínez todavía estaba inmaduro para enfrentar a semejante rival.