Por OSIRIS MÉNDEZ CRUZ/
Foto: ALMA MANTIEL
Después de la fragorosa batalla que sostuvo a lo largo de los doce rounds ante el nicaragüense José Alfaro, en lo que marcó su regreso a la actividad luego de dos años siete meses, el rostro de satisfacción del triple campeón mundial, Érik Morales, lo decía todo.
Simplemente regresó cómo él esperaba, con un triunfo contundente, superando la primera prueba en este su retorno en la Arena Monterrey; sin embargo, lo único que lamentó el ‘Terrible’ fue la inflamación que sufrió en un par de nudillos del puño derecho, lo que a su consideración no le permitió noquear al ‘Quiebra Jícara’, dado que cada que le pegaba con esa mano acusaba dolor intenso.
«Me lastimé la mano desde el tercer round, eso me dificultó mucho, porque ya no podía soltar con todo ese puño, quizás por eso no gané por nocaut, pero a la vez me ayudó para ejecutar combinaciones, usé el repertorio de golpes que tengo y mantuve a raya mi rival», expresó Morales en la intimidad de su habitación del hotel donde se concentró al momento de mostrar su puño afectado, que se revisará con los médicos llegando a su ciudad natal Tijuana.
El tijuanense se sinceró al afirmar que pese a sentirse en buenas condiciones físicas durante el combate, aún le falta mucho por trabajar para mantenerse en gran forma y desafiar más adelante a rivales de mayor calibre que le exigirán más.
«Sé que puedo dar más, fue un gran regreso y me siento contento con lo que hice en el ring. Le metí mis mejores golpes, lo dominé en casi todos los rounds. La preparación física que hicimos fue excelente, se reflejó en la pelea, no cualquiera aguanta doce rounds después de un retiro largo», sostuvo el tres veces campeón del mundo.
«Demostré que hay ‘Terrible’ para rato, lo que es un hecho es que debo prepararme mejor, con más constancia, porque esto no es un juego, es un deporte que me exige darle toda la disciplina y determinación», añadió.
Por último se le preguntó en qué peso se instalará buscando afianzarse rumbo a la cuarta corona que tanto anhela.
«Tengo que bajar en las 140 libras, porque me siento un poquito lleno. Descansaremos un poco, después entrenaré, esperando bajar algunos kilos y quedarme en la división de los superligeros, yo creo que esa sería el peso ideal», sentenció.
