Columna CUENTA DE PROTECCIÓN

A.RIVERO1Por Carlos Rivero

SILENCIO CÓMPLICE

A propósito hemos dejado pasar 8 días para ver finalmente la decisión del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) en torneo al resultado del combate entre el filipino Rodel Mayol y el mexicano Omar Niño, que en un principio se decretó como nocaut en el tercer asalto y al final se dio como empate técnico, lo que hizo que el oriental conservara la corona minimosca.
Ciertamente en ese tercer asalto, Omar Niño dio un golpe bajo al filipino, quien se fue en reversa, pero de ninguna forma estaba dañado, cuando baja la guardia (UN GRAN ERROR) -porque ve venir, de frente, al réferi Vic Drakulich- y Omar lanza un gancho de izquierda que estalla en la mandíbula del campeón, justo cuando el árbitro trataba de detener a Omar, pero su mala posición dentro del ring, no le permitió llegar a tiempo y el mexicano ni lo vio.
Fue entonces que vino el show, «el drama» y la escena de cómo conservar un título mundial a la usanza, por ejemplo del dominicano Luis Santana (8 de abril de 1995) en México y luego en Las Vegas ante Terry Norris, monarca superwelter del CMB. En la primera la ganó en la segunda la conserva Santana, haciendo un drama y un daño al boxeo por su actitud antideportiva.
Cuando Mayol cae al ring, no está noqueado, en la lona recibe órdenes de su esquina para quedarse ahí. Es tan simple ver cuando un boxeador va a la lona noqueado que ver a Rodel caer como lo hizo simplemente causa pena ajena por la gente que estaba en el ring, por los que fungen como autoridades deportivas reconocidas y por las otras autoridades que llevan el negocio a través de una Asociación Civil.
Mayol cae con los brazos entreabiertos, deposita uno a uno en la lona, su espalda llega primero a la lona y luego deposita la cabeza. Los que hemos visto boxeo, la gente que ha estado a al orilla del ring o en ring side sabe que un boxeador noqueado por un golpe, que va conmocionado va a la lona como un bulto, sin meter manos, espalda y si la cabeza que se estrella en el piso.
Esto mueve a pensar que el filipino y su esquina sabían lo que realizaba y entonces viene la gran reflexión. ¿Por qué en Estados Unidos y en otras partes del mundo, son las Comisiones de Boxeo locales las que llevan y conducen las funciones boxísticas y los organismos mundiales sólo están ahí como supervisores y en México sucede lo contrario?
La Comisión de Boxeo de Guadalajara debió imponerse como autoridad emanada de una potestad pública por el voto ciudadano, pero como siempre deja en manos de todo al CMB, eso es algo que no sucedió por mucho tiempo en la otrora Comisión de Box y lucha del Distrito Federal desde la época de Luis Spota.
Es cierto, que si un boxeador dice a mi me duela la cabeza, nadie le puede decir lo contrario, pero ante los actos posteriores a la pelea, con un Mayol en diversión en un antro, lo menos que pudo hacer la Comisión de Boxeo de Guadalajara era retener el sueldo del filipino, sancionarlo y ordenarle una serie de exámenes médicos para comprobar que jamás hubo daño o conmoción cerebral.
Hoy, y con toda la protesta del promotor de Omar Niño, lo menos que se puede esperar es una revancha directa, que las autoridades emanadas del pueblo hagan valer su poder y que el CMB busque un árbitro y jueces, neutrales, si, pero de ninguna forma estadounidenses como réferi Vic Drakulich, cuando hay tan buenos en el caribe y en Europa.
Ojalá las comisiones locales ya no teman tanto y hagan valer su autoridad y ojalá la Comisión de Guadalajara, por lo menos, multe al filipino, porque actos como el de hace 8 días, no ayudan en nada al boxeo y más ahora que empieza a recuperar su sitio en el gusto de los aficionados y en las televisoras.
CASO GATO GUERRERO
Sin duda, Rodrigo «Gato» Guerrero tiene un gran futuro a sus 22 años, pero en su esquina con los hermanos Barrera, Jorge y Marco Antonio, ex triple campeón del mundo, podría no llegar a mucho si no lo cuidan.
Ciertamente, como diría el expresidente de México Vicente Fox, Rodrigo se mostró como un guerrero ante el armenio Vic Darchinyan, campeón mundial superrosca (CMB Y AMB). El mexicano se vio valiente, pero muy novato, por momentos entregado a los embates de Vic y en otras dando esperanza de un golpe de nocaut.
Sin embargo, desde el sexto asalto, las vidas del «Gato» se estaban agotando. Golpe tras golpe fue recibiendo en cara, mientras que sus envíos eran ya sin fuerza y no causaban daño.
¿Qué necesidad se tenía de dejar combatir 12 rounds a Guerrero?
Creo que ninguna. Eso lo sabe bien, Marco Antonio Barrera, porque se carrera desde antes de ser campeón nacional supermosca fue bien cuidada y si hay alguna duda que le pregunten a Fernando Guevara, a Rudy Pérez y Ricardo Maldonado.
Tan se le cuido bien, que al paso del tiempo brincó de peso supermosca a supergallo para empezar a cubrir su gran historial internacional.
Con esa experiencia, era mejor cortar por lo lozano y detener un desigual combate y esperar la madurez como boxeador de Rodrigo a exponerle a una serie de golpes, que hoy no cree que le hagan merma, pues es joven, pero el tiempo siempre cobra fracturas.
MAMPO EN ACCIÓN
Por cierto, fue un gusto ver a don Jesús Arías Torres en lo que le gusta, como réferi y más en su tierra natal, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
Desde aquí un saludo para este réferi que brilló en los años 90s.
([email protected])


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