URGE LABOR SOCIAL EN EL BOXEO
Por CARLOS RIVERO
El fallecimiento de Marco Antonio Hernández, conocido en el boxeo como «El Bombero» a causa del cáncer, desnuda nuevamente al pugilismo profesional y todos los entes que lo promueven en su lado poco humano y en su sentido raquítico de su labor social entre los que menos tienen.
Extraña, sin duda, que siendo Rafael Herrera Lemus, ex campeón del mundo en peso gallo, todo un personaje dentro del boxeo y sobre todo presidente de la Comisión de Box del Distrito Federal no haya querido o no tenga los deseos de no sólo ocupar la silla grande del pugilismo capitalino sino hacer una labor social que él tanto pregonó cuando fue manager.
Un presidente de la CBDF no debe concretarse sólo a ver que boxeador tiene licencia; tampoco a autorizar programas de boxeo. Al igual que él, el presidente del Consejo Mundial de Boxeo, José Sulaimán Chagnón, que se reúne con gobernadores para conseguir patrocinios para importantes peleas de campeonato mundial, debería hacer proyectos sociales para aquellos que nacen en cunas humildes.
Igualmente los promotores, las cadenas de televisión como son Televisa, TV Azteca, Cadena tres deberían impulsar un proyecto en el que los boxeadores estén protegidos socialmente. Porque la estadística no miente, en el deporte del hombre por el nombre, uno de cientos es el que llega a la cúspide y lograr el éxito, dinero y otras cosas.
El convenio que se tenía con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que data desde 1959 se perdió. La CBDF argumenta que se debe dinero y por eso los boxeadores no cuentan con este servicio. Acaso no se puede sacar la charola y que cada uno de los involucrados (los que si bien es cierto exponen su dinero también es cierto que obtienen fabulosas ganancias del boxeo), cooperen para tener seguro social, para que los boxeadores puedan tener ese servicio su alcance y aún más una pensión y un seguro de vida.
Esto no es nuevo, en el pasado, un Luis Spota Saavedra lo consiguió (IMSS), también una pensión mensual para todos aquellos que cumplían 10 años activos (Sergio Álvarez Castro) y no se diga el seguro de vida (Juan José Torres Landa y José Sulaimán) en el que incluso familiares de ex campeón del mundo tuvo acceso tras morir en un accidente.
Querer es poder, los nombres que aparecen en el párrafo anterior alguna vez dirigieron la CBDF y su labor social se perdió con el tiempo. Hoy que el boxeo está de nuevo en boca de todos, que los gobernadores apoyan con dinero público las funciones de boxeo, que las televisoras ocupan el raiting de los sábados, que los promotores vuelven a percibir dinero por sus programas boxísticos, que los organismos boxísticos sigue cobrando sus sanciones con un chorro de títulos de cartón, no haría daño que destinarán un breve porcentaje de todo esto para los que nacen en cunas humildes.
Créame, se verían bien y con reconocimiento.
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