Inaugurado como el gran coliseo que necesitaba Yucatán y toda la Península en 1983, el Polifórum Zamná se apresta a abrirle nuevamente las puertas al deporte para el que fue construido: el boxeo.
Con la promoción de José Alberto «Pepe» Gómez Álvarez, de Don King Promotions y el aval del Gobierno de Yucatán y su titular, Ivonne Aracelly Ortega Pacheco, “Guty” Espadas se apresta a escribir la segunda página de oro en la historia del inmueble de la colonia Morelos al sur de la capital yucateca, donde él mismo escribió, con letras áureas, el 14 de abril de 2000, la página más importante de su historia, hasta ahora.
Ese día, «Guty», contra casi todos los pronósticos, con una muestra de enjundia y excelente preparación, ganó la corona pluma del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) en una tórrida, tozuda pelea al vencer por decisión técnica en 11 asaltos, tras sufrir un cabezazo accidental, al filipino Luisito Espinosa, ex dueño de esa corona.
«Guty», promovido entonces por el inolvidable, legendario empresario William Abraham Dáguer, quien fue su padrino de bautizo, incluso estuvo a punto de ganar en el primer round en el que descontó al asiático que fue perdonado por el yucateco, quien pagó caro al tener que luchar durante 10 asaltos más con un rival decidido, más experimentado, valiente y correoso (mañoso).
Empero, tras el cabezazo y la consulta médica de rigor, el réferi Richard Steele, le izó el brazo para poner fin a 15 años de ayuno campeonil en Yucatán.
Histórico escenario
El Polifórum Zamná, pilar del complejo deportivo Unidad Kukulcán, inaugurado en 1981 en la gestión del también inolvidable gobernador de origen maya, Dr. Don Francisco Luna Kán, es el coliseo más funcional que opera en el sur de México.
Similar en su construcción al Palacio de los Deportes de la Ciudad de México, este auditorio techado tiene un aforo para eventos boxísticos de ocho mil 750 aficionados, aunque en algunos casos ha llevado hasta más de 12 mil.
Un ejemplo de ello fue lo ocurrido la noche del 12 de septiembre de 1993, cuando en San Antonio, Texas, los jueces le regalaron un empate a Julio César Chávez ante Pernell Whitaker.
Fue tanta, pero tanta, la atracción que este evento generó, que una multitud nunca vista en ese inmueble se dio cita para ver la pelea en circuito cerrado. Incluso, cálculos de Protección Civil estimaron que cinco mil personas se quedaron fuera del auditorio.
Las más de 12 mil personas de esa noche ocasionaron un «San Quintín» luego de que la mala suerte y descuido de los organizadores propició que un cable, alimentador de energía y que no fue protegido, se desconectó por un aficionado que pasó por esa zona y que lo desprendió involuntariamente con su pie.
Esto sucedió exactamente en el momento en el que el anunciador daba a conocer el veredicto del combate, el cual no fue conocido por la audiencia que primero protestó y luego arrojó una botella sobre una de las cuatro pantallas, para dar rienda suelta a una lluvia de objetos que duró minutos y que ameritó la intervención de la policía y el desprendimiento de uno de los gigantescos portones del recinto por la turba enfurecida que no se enteró del fallo.
Fuera de eso, ningún suceso peor ha ocurrido en ese inmueble que se acerca ya a los 30 años de existencia, pues fue inaugurado la noche del 26 de noviembre de 1983, en un función estelarizada por el ex campeón mundial mosca, Gustavo «Guty» Espadas y el zurdo tepiteño Raúl Valdez, con triunfo por puntos para el primero.
También pelearon el ex campeón mundial Freddy Castillo vs. el jalisciense Alfredo Mújica y el también yucateco Javier Alonso vs. el chiapaneco Lino Hernández.
Pero quien se llevó el honor de inaugurar el recinto, fue el dos veces campeón nacional Ligero yucateco, Ricardo «Leoncito» Peralta, quien noqueó en el mismísimo primer round de la primera pelea de la noche al también jalisciense Celso Limón.
De ese episodio, en el que «Guty» papá abrió la puerta de la historia para el Polifórum, al que «Guty» Jr. y Elio Rojas escribirán la noche del 20 de febrero, habrán pasado más de 26 años.
El ahora ahijado de Pepe Gómez tratará de escribir en plena madurez personal y en su otoño boxístico, sea otra de las páginas doradas en su historia y en la de la dinastía Espadas… ¡¡¡Que así sea!!!