Columna: CUENTA DE PROTECCIÓN

A.RIVERO1Por CARLOS RIVERO

HAY DE DROGOS A DROGOS Y JULIO CÉSAR JR. NO ES ADICTO

Si todos los seres humanos del mundo nos practicáramos, luego de haber ingerido un medicamento, una vez en la vida un examen antidoping, el 100 por ciento estaría dopado. Y de éste doping al que usan los tramposos para sacar ventaja con sustancias como la cocaína, la marihuana y otros más para resistir el cansancio, tener mayor flexibilidad, fuerza, velocidad, entre otras cosas, hay un mar de diferencia.
Es decir, así como todos somos locos, así como todos de alguna forma somos neuróticos aunque unos controlados (sin medicamento) y otros de plano con o sin medicina, lo cierto es que hay de dopados a dopados, de adictos a sustancias para rendir mejor y el joven Julio César Chávez Carrasco es de los primeros.
Julio César no es un joven adicto, que eso quede claro. Mucha gente común de inmediato opina que de tal palo tal astilla y no es así. Si el César del Boxeo, (Julio César Chávez González) alguna vez cayó a la lona por sustancias no recomendadas, su hijo no está en el mismo camino.
Simplemente, porque así lo ha demostrado a lo largo de su corta carrera profesional, júnior no se prepara al ciento por ciento y al llegar los problemas de peso, al no tener planificado su programa de entrenamiento o al no cumplirlo, llega con exceso de peso a días de sus combates.
Cuando un boxeador tiene exceso de peso, poco tiempo para bajarlo y ya no lo puede lograr con los métodos socorridos en el pugilismo como son el sauna, el untarlo todo de alcohol, que haga ejercicios y luego acostarlo tapado con cobijas para sudar, así como meterlo en un auto a pleno sol y encender la calefacción, entre otros, los boxeadores y en especial aquellos que tienen un médico en su equipo les suministras diuréticos como es la furosemida, además de útil para orinar, por esa misma vía se controla a los hipertensos.
Seguramente el equipo de Julio César jamás pensó que este tipo de medicamentos estuviera en el cuadro prohibido de sustancias.
Julio César Chávez Carrasco no es un drogadicto, simplemente el tipo no se entrena como debe ser y para dar el peso en sus combates recurrió a este diurético que le puede costar caro. Ojalá que la Comisión Atlética de Nevada lo escuche, que lo amoneste y lo sancione económicamente, pero que no lo clasifiquen como adicto a drogas, porque hay un buen trecho para calificar así a una persona.
Que curioso, por la misma Comisión Atlética de Nevada y otras de Estados Unidos pasaron boxeadores como Ray «Sugar» Leonard, Aaron Pryor y otros de gran nombre y curiosamente siempre salieron limpios, cuando años más tarde de que dejaron el boxeo los delataron como consumidores de drogas.
Y entonces nada pasó ([email protected])


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