CON DINERO BAILA EL…
Por Rafael Mendoza
Cortesía: www.acciondefondo.com
En nuestro anterior comentario apuntamos que la oportunidad le llegaba a Juan Manuel Márquez ya tarde. Cargando casi ya 37 calendarios realmente no era ninguna oportunidad pelear con Floyd Mayweather por varias razones.
Márquez tenía que pelear en la división welter que no es ni nunca será la suya. Cambiar su estilo, puesto que al contragolpe no se puede hacer daño a un tipo ultradefensivo como Mayweather.
El mexicano, que es sin duda un púgil de primera línea, no tiene la pegada para hacerle daño a Floyd que, contra lo que muchos pensaban, no venía con dos años de inactividad, sino con un buen periodo de descanso y desintoxicación.
En realidad la pelea se pactó porque a Juan Manuel le garantizaron una bolsa de dos millones de dólares, cifra muy atractiva que él nunca había obtenido antes en su carrera profesional, y un peso máximo de 144 libras que finalmente no se respetó pues Floyd se excedió 2 libras a la hora del pesaje oficial.
Como ya es costumbre en peleas de campeonato mundial los protagonistas suben a la báscula un día antes del combate y después de «hacer el peso» tienen más de 24 horas para comer, rehidratarse y recuperar peso y energías.
Así vemos a pesos welters lucir como medianos o semicompletos 30 horas después del pesaje oficial. Y eso fue exactamente lo que hizo Mayweather y su equipo de trabajo. Algunos púgiles llegan a subir hasta 15 libras de un día para otro.
Márquez se veía en el ring del MGM como lo que es: un peso ligero engordado, Mayweather, un negro fornido y musculoso que seguramente sobrepasaba la barrera de las 160 libras (72.500 kgs).
Y la pregunta de todos es, ¿Por qué acepto el mexicano pelear cuando Floyd excedió el limite de lo pactado?
La respuesta tiene un signo de dólares. Juan Manuel esa noche hubiera peleado hasta con Mike Tyson en peso completo. El solo tenía en la cabeza dos millones garantizados, 300 mil dólares por cada libra que se pasara el moreno y una rebanadita de ese pastel llamado «pague por ver».
Márquez miente cuando dice que el protestó el tonelaje de Floyd Mayweather; eso es totalmente falso, aunque entendemos su posición ante los medios nacionales. Nosotros no esperábamos que dijera «por esa suma peleaba 12 rounds con Mayweather, y después en la misma noche 12 rounds con Manny Pacquiao».
A las 11 de la mañana del viernes 18 de septiembre, faltaban 4 horas para la ceremonia del peso, cuando a Juan Manuel Márquez le informaron que la pelea seria en peso welter, es decir hasta 147 libras (66.700 kgs) porque Floyd no podía bajar a las 144 libras que marcaba el contrato registrado en la Comisión Atlética del Estado de Nevada.
Los periodistas norteamericanos Ron Borges -Boston Herald- y J. Michael Falgoust -USA Today- asentaron en sus respectivas publicaciones todo esto y también que Keith Kizer, Director Ejecutivo de la Comisión Atlética de Nevada, pregunto a Márquez si estaba de acuerdo con las nuevas condiciones de tonelaje y cuando éste respondió diciendo que no había problema lo hizo firmar el contrato otra vez con el radical cambio.
Así que cuando Mayweather subió a la romana ya todo estaba cocinado y el grupo del mexicano ni parpadeó.
Ahora es cuando hablan de que los trampearon, pero cuando debieron hacerlo ni chistaron, como tampoco lo hizo Golden Boy Promotions por la sencilla razón de que ellos sólo estaban proporcionando su licencia dando servicio al verdadero promotor del evento: Mayweather Promotions y su director de operaciones Leonard Ellerbe.
La pelea fue de un solo lado, tal y como los tiburones de la apuesta habían previsto con sus momios 4 a 1 y después 6 a 1 en contra de Márquez.
En conclusión, Juan Manuel Márquez dio un paso firme hacia el banco y aseguró el porvenir económico de su familia. Nadie podrá culparlo, como tampoco nadie y mucho menos él podrá olvidar que en una ocasión su dirigente metió la pata y lo llevó a pelear a Indonesia por un título sin validez por una bolsa de 30 mil dólares en lugar de aceptar un millón de dólares en los Estados Unidos por la pelea de desempate contra el tagalo Manny Pacquiao.
Esta vez Juan Manuel se alegró de que la historia triste no volviera a repetirse y él mismo se encargó de hacer las negociaciones y de firmar el contrato.
P.D.– Qué malos son Vitali Klitschko y Chris Arreola. Su pelea fue pésima y no merece comentarios.
Rafael Mendoza se inició como reportero de boxeo. Conocedor profundo, pluma ágil. Muy pronto sus inclinaciones lo llevaron hacia otros terrenos del pugilismo, y en la actualidad está reconocido como uno de los más importantes promotores internacionales.