NERY LUIS Y ZANFER, DE FERNANDO BELTRÁN RENDÓN, SEGUIRÁN JUNTOS
Cuando el compromiso, el trabajo y la lealtad en una relación se fortalecen, los resultados están garantizados.
Este lunes, el ex campeón mundial en dos divisiones, Luis “Pantera” Nery y el CEO de la empresa Zanfer Boxing, Fernando Beltrán Rendón, renovaron su vínculo de trabajo por varios años más.
Zanfer ha acompañado, desde sus inicios de su carrera, al peleador tijuanense, donde Nery se ha convertido en campeón del mundo en dos divisiones, por lo cual ambas partes se sienten a gusto.
Beltrán Rendón y Luis se mostraron satisfecho del nuevo contrato y el promotor se comprometió a seguir construyendo el camino para que su carrera esté en la élite del boxeo mundial.
Con esta nueva firma se abren nuevas posibilidades de combates de alto calibre en las 122 libras o, incluso, en las 126 libres, donde el tijuanense está listo para rugir de nuevo.
El Pantera tiene 30 años y tiene una marca de 36-2, con 28 nocauts y viene de noquear al japonés Kyonosuke Kameda. Él inició su carrera profesional en mayo del 2012 y en mayo del año pasado tuvo en la lona, en Japón, a Naoya Inoue y, aunque perdió, eso lo colocó por las nubes.
«Pantera» Ramírez, por el título del mundo a Panamá
Maribel «Pantera» Ramírez, ya se encuentra preparando para su siguiente combate, que será el día 18 de julio en la Ciudad de Panamá, enfrentando a la local Nataly Delgado, por el vacante cetro mundial interino de las 115 libras de la WBA.
Golpeando costales, y todos los aparatos con los que cuenta el gimnasio de box del Deportivo Heberto Castillo, ubicado sobre el camellón de la calzada Eduardo Molina, la «Pantera» afina detalles para otro compromiso de vital importancia.
«Ella (Nataly Delgado) es una boxeadora de choque, y también sabe boxear sobre piernas. Cambia constantemente su guardia, pero nos estamos preparando para todo», expuso Maribel.
Alejandro Mendoza, mánager y entrenador de la pugilista, indicó que la riña ante la panameña Delgado será complicada, y más por pelear en casa de ella, por lo que buscarán ganar lo más claro posible.
«Solo me enfoco en traerme el campeonato a México. Si pesa pelear en su casa, pero no me intimida. Ya estamos acostumbradas a pelear fuera de casa cuando las peleas son de título del mundo. Me enfoco en mi rival y en hacer una buena pelea», explicó la «Pantera».
En su última pelea, Ramírez perdió ante la japonesa Mizuki Hiruta, campeona mundial de peso supermosca de la WBO, pleito que le dejó enseñanzas, y es que el hecho de combatir ante una boxeadora de guardia zurda, sí que fue de lo más complejo que ha tenido en su carrera profesional.
«Hemos visto ya algunos videos de Delgado. Ya la empezamos a estudiarla. Vamos a su casa a ganarle, eso me motiva. Tiene experiencia también de haber peleado en el extranjero, incluso ya peleó en México».
Maribel Ramírez se dijo agradecida del apoyo del Diputada Buendía, diputado Memo Rendón, Nena Martínez, Isaías Montesinos, y del alcalde de la GAM, Janecarlo Lozano.
EL GRAN NEGOCIO: Raymond Muratalla sucede a Vasiliy Lomachenko como campeón de la FIB de 135 libras
Por el personal de BoxingScene
La Federación Internacional de Boxeo ha confirmado que, tras el retiro de Vasiliy Lomachenko, Raymond Muratalla ha sido elevado a la categoría de campeón de peso ligero de la FIB.
El ucraniano Lomachenko anunció su retiro a los 37 años a principios de junio, y Muratalla, anteriormente campeón interino, lo sucederá. Su primera defensa del título será contra el ganador del combate del sábado en el Madison Square Garden de Nueva York, entre el japonés Hironori Mishiro y el cubano Andy Cruz.
“La Federación Internacional de Boxeo (FIB) recibió notificación oficial el 5 de junio de que Vasiliy Lomachenko se retiraba del deporte del boxeo, renunciando así a su título de campeón mundial de peso ligero de la FIB”, se lee en un comunicado emitido por el organismo sancionador.
DETALLES
La FIB se enorgullece y honra de contar con el Sr. Lomachenko entre su lista de excampeones. Sus logros en el ring, tanto como profesional como amateur, son verdaderamente excepcionales. Ha forjado un legado de determinación, habilidad y deportividad que seguirá inspirando a futuras generaciones de boxeadores. Expresamos nuestra sincera gratitud a Loma por sus contribuciones al deporte y a la FIB. Le deseamos todo lo mejor y mucho éxito en sus futuros proyectos.
Raymond Muratalla, excampeón mundial interino de peso ligero de la FIB, ha sido ascendido oficialmente a campeón mundial de peso ligero de la FIB. La pelea eliminatoria programada para el 14 de junio por el primer puesto en la clasificación de peso ligero de la FIB entre Andy Cruz y Hinonori Mishiro determinará al retador obligatorio que se enfrentará a Muratalla en su primera defensa obligatoria del título.
Muratalla, de 28 años, peleó por última vez en mayo, cuando superó por puntos al ruso Zaur Abdullaev. Cruz-Mishiro está en la cartelera preliminar de Richardson Hitchins-George Kambosos Jr., por el título junior welter de la FIB.
Naoya Inoue a Junto Nakatani: ‘Bienvenidos al peso súper gallo’
Por Jake Donovan
Naoya Inoue está dispuesto a honrar la petición realizada por su compatriota.
Junto Nakatani, humildemente, impulsó la causa de una superpelea japonesa contra el campeón indiscutible de las 122 libras con una llamada tras su última victoria. El zurdo invicto unificó los títulos de peso gallo del CMB y la FIB con un nocaut técnico sobre Ryosuke Nishida tras seis asaltos el domingo en el Coliseo Ariake de Tokio, Japón.
Si bien llegó a la pelea con el deseo de convertirse en el rey indiscutible de ese peso, Nakatani, con marca de 31-0 (24 KOs), ahora está preparado para intentar convertirse en campeón de cuatro divisiones.
DETALLES
«Ya voy, así que por favor quédense conmigo», dijo Nakatani en comentarios traducidos por Mizuka Koike cuando se le preguntó sobre Inoue, quien estaba sentado en el ringside.
La reacción inmediata fue favorable.
«Bienvenido a la división supergallo», publicó Inoue en redes sociales, refiriéndose al próximo ascenso de Nakatani. «Sería emocionante ver a un peleador japonés tan fuerte».
Inoue, con marca de 30-0 (27 KOs), y Nakatani insinuaron previamente un enfrentamiento cuando ambos fueron homenajeados en la ceremonia anual de premios de la Comisión Japonesa de Boxeo a principios de esta primavera. En aquel momento se reconoció que dicha pelea probablemente no se llevaría a cabo hasta 2026.
Nakatani ya está preparado para abandonar su recién unificado reinado de título y aclimatarse a la división de las 122 libras. Tiene un récord perfecto de 10-0 en peleas por el título en peso mosca, peso gallo junior y peso gallo, pero el zurdo de 1,73 m de Sagamihara tiene mucho margen para ganar al menos cuatro libras.
Tal decisión pondría fin a su reinado en el peso gallo, que se remonta a su nocaut en el sexto asalto sobre Alexandro Santiago el 24 de febrero pasado en Tokio. La victoria del domingo marcó su quinta en esa categoría, todas dentro del ring y ninguna que se haya extendido más allá del sexto asalto.
Inoue se prepara para pelear por tercera vez este año. El número tres, libra por libra de BoxingScene defenderá su campeonato indiscutible de las 122 libras contra el campeón interino de la AMB y excampeón unificado AMB/FIB, Murodjon Akhmadaliev. El combate se llevará a cabo el 14 de septiembre en una sede aún por confirmar en Japón.
Existe la posibilidad de que Inoue pueda pelear por cuarta vez en el año, o simplemente regresar a principios de 2026. Los rumores anteriores sugirieron una carrera por un título de peso pluma, aunque Inoue reiteró recientemente que todavía se siente cómodo en el peso pluma junior, donde se acerca al segundo aniversario de su victoria por nocaut en julio de 2023 por el título CMB / OMB sobre Stephen Fulton.
Si Nakatani se mantiene en el peso gallo una sola pelea más, aún le queda una pelea obligatoria contra el mexicano José Salas. Sin embargo, todo indica que está listo para probar suerte cuatro libras más.
El IBHOF sigue siendo atemporal y se está volviendo cada vez más valioso.
Por Ryan Songalia
CANASTOTA, Nueva York — Canastota puede ser conocida como la cuna del boxeo, pero en realidad podría ser la cuna de cualquier ciudad de Estados Unidos. Este pueblo al norte del estado de Nueva York, a unas cuatro horas al noroeste de Manhattan, tiene una población de poco más de 4000 habitantes, pero sus alrededores suman unos miles más durante cuatro días en verano, durante el fin de semana de inducción al Salón de la Fama del Boxeo Internacional.
Cientos de personas se alinearon en las aceras a lo largo de la calle Peterboro el domingo por la tarde para ver a la Clase de 2025, así como a los ex campeones mundiales, queridos contendientes y otros asociados con el deporte fuera de las cuerdas, abrirse paso por la ciudad para el desfile de campeones.
Ver a Manny Pacquiao, inducido al Salón de la Fama de 2025, rodando por la calle en un Chevelle convertible clásico, mientras los vendedores de helados reparten paletas a los niños y los conjuntos de tambores locales marcan el ritmo, evoca recuerdos de los desfiles del Día de la Independencia que están grabados en la memoria de todos los estadounidenses desde la infancia. Es una muestra de la cultura estadounidense con un toque internacional, mientras personalidades del boxeo de Filipinas, Francia y México, además de todos los rincones de Estados Unidos, saludan y sonríen a su público ferviente.
DETALLES
Algunos se quejan de que el Salón Internacional de la Fama del Boxeo está en medio de la nada, pero la verdad es que funciona tan bien gracias a su aislamiento. Una ciudad más grande puede brindar mayor visibilidad y accesibilidad, pero Canastota se transforma en la cuna del boxeo: un lugar donde todos podrán debatir la clasificación de Eusebio Pedroza entre los grandes campeones de peso pluma o calificar los mejores jabs de zurdo que hayan visto.
El fin de semana de inducción ofrece a las superestrellas del boxeo del pasado la oportunidad de bajar la guardia sin temor a un gancho de izquierda y reflexionar sobre sus mayores logros. Para muchos no boxeadores, el fin de semana de inducción ofrece una de sus primeras oportunidades para compartir sus historias.
Kenny Bayless, el veterano árbitro de Nevada que se retiró en enero de 2024 tras tres décadas arbitrando, recordó sus frustraciones iniciales al no conseguir asignaciones importantes y las dificultades que tuvo para superar la supervisión de la pelea de 1997 en la que un boxeador de 28 años llamado «Jumpin’» Johnny Montantes murió en el ring. «Eso me destrozó tanto que no sabía si quería seguir arbitrando», compartió Bayless en el escenario durante la ceremonia de inducción esa misma tarde en el Casino Turning Stone. «Y agradezco a Marc Ratner [entonces inspector jefe de la Comisión de Nevada] por volver a arbitrar para ver cómo me iba a afectar. Volví al ring y lo hice genial». Bayless arbitraría posteriormente varias peleas de alto perfil, como Floyd Mayweather-Pacquiao, Bernard Hopkins-Oscar De la Hoya y la primera pelea entre Gennady Golovkin y Saúl «Canelo» Álvarez.
Cathy Davis, quien fue incluida en la categoría de Pioneras Femeninas, sigue siendo tan agresiva a sus 73 años como lo fue en 1978, cuando demandó con éxito a la Comisión Atlética del Estado de Nueva York por discriminación de género y obtuvo el derecho a competir allí. Compartió sus singulares planes para su anillo del Salón de la Fama. «Les voy a decir que tengo este hermoso anillo aquí y les pedí que lo hicieran lo suficientemente grande para mi dedo medio porque si alguna vez veo a esos viejos blancos estúpidos que nos dejaron fuera del boxeo, ¿saben lo que voy a hacer?», dijo Davis, con un récord de 14-0 (14 KOs), mientras hacía un gesto obsceno al vacío entre un aplauso entusiasta.
El ex campeón de peso mediano y súper mediano Michael Nunn expresó su gratitud por la llamada que recibió del Salón de la Fama, que lo trajo de regreso al ojo público por primera vez desde que fue liberado de prisión en 2019 después de cumplir 16 años por cargos de tráfico de drogas.
“He pasado por mucho, pero soy un superviviente y sé cómo caer y levantarme”, dijo Nunn, originario de Davenport, Iowa, cuyo récord final es de 58-4 (38 KOs). “No presumo de haber ido a la cárcel ni nada, pero estuve en prisión durante 16 años y seis meses por una actividad en la que participé. Me gané el peso como un hombre, volví a casa como un hombre y sigo siendo un hombre. Estar aquí hoy, ingresado al Salón de la Fama del Boxeo Internacional, es probablemente uno de los logros más importantes que he logrado, y estoy agradecido”.
Vinny Paz, ex campeón de peso mediano junior de la AMB y peso ligero de la FIB que finalmente entró en la boleta después de varios años, destiló su carrera en una breve frase: «Luché con todas mis fuerzas por ustedes».
«El Comisionado» Randy Gordon, quien ha desempeñado prácticamente todos los roles posibles en este deporte, desde editor de la revista The Ring hasta comisionado de la NYSAC y comentarista de ESPN, e incluso una pelea como boxeador profesional y árbitro, compartió su inspiradora historia de cómo superó la situación de estar confinado en silla de ruedas a los 10 años tras una explosión de gasolina, inspirado por su sueño de bailar como los boxeadores que veía en televisión. «Desde ese momento, nunca quise escuchar que no podía hacerlo», dijo el nativo de Brooklyn, quien ahora presenta «At the Fights» en Sirius XM con el excontendiente de peso pesado Gerry Cooney.
La noche, y el fin de semana extendido, culminaron con Pacquiao, sin duda el campeón estrella de la generación, cuyos campeonatos mundiales en ocho divisiones distintas difícilmente serán igualados. Pacquiao, quien rara vez muestra emoción más allá de una sonrisa entusiasta, se quebró la voz por una de las pocas veces que se ha visto en público al relatar su camino desde ser un niño pobre y desnutrido en las calles de General Santos City, Filipinas, hasta la inmortalidad del boxeo.
“El boxeo me dio una salida”, dijo Pacquiao. “Convirtió mis luchas en fuerza, mis fracasos en lecciones y mi dolor en propósito”.
Nunca perseguí la grandeza; simplemente trabajé duro para ser mejor que el Manny Pacquiao que era ayer. Nunca elegí las peleas fáciles; elegí las difíciles. Subí de categoría una y otra vez, no para proteger un récord, sino para poner a prueba mis límites.
Pacquiao y muchos de los otros premiados luego pasaron un largo período firmando recuerdos para casi todos los que subieron al escenario.
Si bien esta ceremonia es invaluable para las personalidades del boxeo que se incorporan, es igualmente importante para los aficionados y los espectadores. Ningún otro deporte importante permite una proximidad tan estrecha con los inducidos como el boxeo. Estas interacciones sirven para preservar la cultura del deporte, siempre amenazada por el paso del tiempo.
El boxeo está perdiendo historias. Es responsabilidad de todos —desde los periodistas hasta los aficionados, pasando por los boxeadores, managers y entrenadores que organizan las peleas— difundir las historias de aquellos cuya sangre se derramó entre las cuerdas.
Vayan al Salón de la Fama del Boxeo Internacional. Vayan al Salón de la Fama del Boxeo de Atlantic City. ¡Increíble!, compren una entrada para la cena del Salón de la Fama del Boxeo de su estado y publiquen un anuncio en su programa. Apoyen a las instituciones que mantienen vivo y vigente el rico legado de este deporte. Pregúntenles a los boxeadores y personalidades sobre sus experiencias; invítenles a una bebida o tómense una foto con ellos. Pocos deportes hacen tan poco para honrar y conmemorar a sus grandes figuras como el boxeo. Estas instituciones preservan el vínculo con el pasado que otorga prominencia a las peleas modernas que llenan estadios y arenas en todo el mundo. El campeonato de peso pesado sigue siendo el premio más codiciado del deporte porque Muhammad Ali, Jack Dempsey y Joe Louis lo ostentaron.
Así como los personajes principales del Salón de la Fama añoran los días cuando Carmen Basilio, Alexis Arguello y Aarón Pryor estaban allí para cantar toda la noche en Graziano’s, también extrañarán cuando la generación sobreviviente de personajes principales de Canastota deje de hacer los viajes de todo el mundo para responder preguntas en las charlas junto al ring o compartir una pinta en el Turning Stone.
Alan David Picasso aterriza en el cartel de Mario Barrios-Manny Pacquiao
Por Jake Donovan
Alan David Picasso tendrá una pelea en Las Vegas después de todo.
No está al nivel de su oportunidad previamente rumoreada, pero el invicto contendiente de peso pluma junior está listo para regresar al ring por primera vez este año. BoxingScene ha sabido que Picasso, originario de la Ciudad de México y con un récord de 31-0-1 (17 KOs), participará en la cartelera preliminar de Mario Barrios-Manny Pacquiao el 19 de julio en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas.
Picasso se enfrentará al japonés Kyonosuke Kameda, con un récord de 15-4-2 (9 KOs), en la previa del evento de cuatro peleas de Premier Boxing Champions (PBC) en Prime Video Pay-Per-View. La participación de Picasso, de 24 años, en la cartelera forma parte de un acuerdo multi-combate entre PBC y Zanfer Boxing, promotora de Picasso.
DETALLES
La noticia de la pelea fue reportada por primera vez por Salvador “Chava” Rodríguez de ESPN Knockout.
Picasso ha estado fuera del ring desde que noqueó en el tercer asalto a Yehison Cuello el 14 de diciembre pasado en Tijuana, México. Llegó a la pelea como el contendiente número uno del CMB para el campeón indiscutible de las 122 libras, Naoya Inoue, con un récord de 30-0 (27 KOs). Se rumoreaba que ambos se enfrentarían a principios de esta primavera, pero el combate nunca se materializó.
A pesar del intento fallido, Picasso sigue siendo el peso pluma junior mejor clasificado según el CMB. Deberá mantenerse activo mientras espera una oportunidad por el título, ya que Inoue ya tiene previsto enfrentarse al excampeón unificado Murodjon Akhmadaliev en septiembre.
Kameda peleará en Norteamérica por segunda vez consecutiva, tras no haber boxeado nunca fuera de su natal Japón. Su primera gira no tuvo un buen final, ya que sufrió una derrota por nocaut en el séptimo asalto ante el excampeón Luis Nery, 36-2 (30 KOs), el 22 de febrero en Tijuana.
La derrota puso fin a una racha invicta de nueve peleas para Kameda, un joven de 26 años de Osaka.
La personalidad y el espíritu de lucha de Kameda dejaron una gran impresión en Zanfer, que promueve tanto a Picasso como a Nery, y optó por traer a Kameda de regreso a Estados Unidos para esta pelea.
Los siete meses entre peleas para Picasso marcan su racha más larga fuera del ring desde 2021. Viene después de una campaña de cinco victorias en 2024. La racha incluyó una victoria por nocaut sobre Damián Vázquez en Las Vegas en mayo pasado y una decisión de 12 asaltos sobre el contendiente marginal Azat Hovhannisyan en agosto pasado en su ciudad natal, Ciudad de México.
Junto Nakatani obliga a Ryosuke Nishida a retirarse después de seis peleas y unifica los títulos del CMB y la FIB
Por Jake Donovan
Junto Nakatani viajó por tres divisiones de peso en busca de su primera pelea de unificación.
El momento no fue desaprovechado en absoluto por el emergente participante libra por libra.
Nakatani, de Sagamihara, obligó a Ryosuke Nishida, de Osaka, a retirarse en su banquillo tras el sexto asalto de su combate de unificación de títulos del CMB/FIB. Una serie constante de golpes potentes dejó a Nishida con el ojo derecho hinchado y cerrado, lo que provocó una detención entre el sexto y el séptimo asalto el domingo por la noche en el Coliseo Ariake de Tokio, Japón.
DETALLES
Nakatani retuvo su título de la CMB de 118 libras y ganó el cinturón de la FIB de Nishida en su pelea de unificación entre zurdos japoneses invictos.
“Desde que estaba en peso mosca, quise unificar los títulos”, dijo Nakatani a través de la traductora Mizuka Koike. “Finalmente, en peso gallo, tuve mi primera oportunidad y estoy muy contento con el resultado”.
Nakatani llegó a la pelea con victorias por nocaut en cada una de sus cuatro peleas por el título de peso gallo.
Nishida respetaba la potencia y la destreza de su compatriota, pero no mostraba temor a ninguno de los dos atributos. La batalla entre zurdos se encendió rápidamente cuando Nishida conectó zurdas al cuerpo. Nakatani se dobló brevemente antes de recuperar la compostura, pero su respuesta fue salvaje.
Nakatani adoptó un enfoque más disciplinado en el segundo asalto. El invicto campeón de tres divisiones conectó a Nishida con un zurdazo desde arriba, lo que le abrió la puerta a su ataque a dos puños. Nishida se vio obligado a ponerse a la defensiva mientras Nakatani lanzaba y conectaba con frecuencia uppercuts adelantados, combinados con zurdas.
Nakatani tuvo éxito con un ataque al cuerpo en el tercer asalto. Conectó varios izquierdazos abajo, combinados con rectos de izquierda al mentón.
Nishida se mantuvo firme y respondió al ataque en el cuarto asalto, replicando su éxito inicial con golpes al cuerpo. Sin embargo, tuvo un precio: su ojo derecho comenzó a hincharse rápidamente.
El impulso cambió rápidamente a favor de Nakatani en el quinto asalto. Recurrió a su uppercut adelantado, que Nishida tuvo dificultades para defender, junto con una lluvia de izquierdas.
«Luché con agresividad desde el primer asalto», señaló Nakatani. «Esa fue nuestra estrategia y creo que tuve éxito».
La situación empeoró para Nishida cuando Nakatani destrozó a su compatriota en el sexto asalto. Nishida se quedó sin respuestas tras su audaz decisión de plantarse y luchar con Nakatani al principio del combate. Al final del asalto, se vio obligado a ponerse a la defensiva y no pudo devolver el golpe mientras Nakatani cargaba con golpes potentes.
Nishida no pudo ocultar su desánimo cuando entre rondas se tomó la decisión de detener la pelea.
«Estoy muy feliz de haber podido ganar dos cinturones y derrotar a un gran peleador como Ryosuke Nishida», dijo Nakatani, quien mejoró su marca a 31-0 (24 KOs). «Esta fue una verdadera batalla entre campeones y mi deseo de ganar».
Nishida, 10-1 (2 KOs), sufrió la primera derrota de su carrera, así como el fin de su reinado como campeón de peso gallo de la FIB.
Ganó el cinturón en una decisión a doce asaltos sobre el puertorriqueño Emmanuel Rodríguez el pasado mayo en su ciudad natal de Osaka. Después, defendió el título por nocaut, también en Osaka, antes de iniciar su camino hacia la unificación.
Nakatani se unió al ring con Nishida tras su nocaut en el tercer asalto sobre el invicto David Cuellar el 24 de febrero en el cercano Ariake Arena. La victoria se produjo justo un año después del nocaut en el sexto asalto de Nakatani sobre Alexandro Santiago, lo que dio inicio a su reinado como campeón gallo del CMB.
Tras su victoria sobre Cuellar, Nakatani estaba decidido a que su siguiente combate fuera contra otro campeón divisional. Nishida estuvo presente para responder al llamado e incluso recibió permiso para evitar una defensa obligatoria del título contra el mexicano José Salas para la ocasión.
Nakatani ha conseguido victorias por nocaut en cada una de sus cinco peleas en peso gallo y tiene un récord perfecto de 10-0 en peleas por el título en tres divisiones. Su victoria del domingo se produjo en apenas la cuarta pelea de unificación de la historia entre campeones vigentes de Japón.
Si bien un camino hacia el título indiscutible sería lo ideal, Nakatani dio una pista importante sobre otro salto de peso.
Los medios de comunicación han hecho un festín con la posible gran pelea que se avecina entre Inoue y Nakatani, los dos mejores boxeadores del país. Inoue se encamina a enfrentarse a Murodjon Akhmadaliev, excampeón unificado de las 122 libras y actual campeón obligatorio de la AMB. Su combate está programado para el 14 de septiembre en una sede por determinar en Japón.
Nakatani ofreció una petición, aunque no una advertencia, cuando le preguntaron cuándo podrían reunirse.
«Voy a ir, así que por favor quédense conmigo», dijo Nakatani sobre su deseo de que Inoue, el indiscutible campeón de peso pluma junior, se quede dónde está.
Nakatani-Nishida se transmitió en vivo por Amazon Prime-Japón y ESPN+.
Jai Opetaia termina el desajuste con Claudio Squeo en la quinta ronda
Por Elliot Worsell
No todos los peleadores invictos son iguales. Que una pelea se venda como una batalla de invictos no significa que sea justa, ni siquiera que deba celebrarse. De hecho, a menudo, cuando una pelea se vende como tal, como una batalla de invictos, se hace porque no hay otra forma mejor de hacerlo.
Ese fue sin duda el caso el domingo (8 de junio) con la pelea por el título crucero de la FIB entre Jai Opetaia y Claudio Squeo. En conjunto, la pareja llegó al ring con un récord de 44-0, con Opetaia invicto en 27 peleas y Squeo invicto en 17, pero la clave, como siempre, está en los detalles.
En el historial de Opetaia había varias victorias notables, incluyendo dos sobre Mairis Briedis, mientras que en el de Squeo brillaban por su ausencia los momentos destacados. Además, Squeo aún no había boxeado fuera de Italia, su país natal, y su mayor logro hasta la fecha había sido ganar un título «Europeo» de la FIB, sea lo que sea que eso signifique. En otras palabras, aunque el récord de 17-0 de Squeo parecía bastante atractivo en teoría, el apuliano seguía una larga tradición de boxeadores italianos que forjaron su palmarés en casa antes de ascender de categoría —o más bien, de dar el salto— en la treintena, generalmente cuando ya era demasiado tarde.
DETALLES
Para cuando llegó a Broadbeach, Australia, para pelear contra Opetaia, Squeo tenía 34 años, pero aún se le consideraba inexperto y poco preparado. Tuvo la oportunidad de enfrentarse a Opetaia, campeón de la FIB, no porque se hubiera ganado el título orgánicamente y hubiera vencido a varios contendientes, sino simplemente porque había ganado un título secundario de la FIB —el ya mencionado cinturón «europeo»— y trajo a la pelea un estilo que Opetaia deseaba desmantelar. Clasificado en el puesto 14 por la FIB, también podían salir airosos.
La única esperanza en la noche de la pelea es que al menos se convierta en una pelea. Incluso si es un combate desigual, tanto en teoría como en la realidad, en el mejor de los casos, el menos favorito cae tras haber dado lo mejor de sí y desafiado las probabilidades.
En cuanto a Squeo, podemos decir lo mismo. Siendo mucho más pequeño, solo tenía una forma de pelear y de ganar, y lo aceptó y actuó en consecuencia desde el primer asalto. Avanzando y moviendo la cabeza, Squeo quería que su diminuto tamaño se convirtiera en una ventaja y frustrar a Opetaia al sacar. También era capaz de acechar por debajo de la línea de visión de Opetaia, lo que, especialmente en el segundo asalto, le causó al australiano uno o dos problemas menores. Esto se debió a que Squeo se acercó bajo y Opetaia, de espaldas a las cuerdas, daba por sentado que podría sofocar y controlar al italiano de cerca. A veces acertaba, y lo hacía, pero en ocasiones Squeo lograba superarlo con uno o dos golpes.
También tuvo un éxito fugaz en el tercer asalto, asalto en el que Squeo conectó derechazos sólidos en tres ocasiones distintas. Opetaia, el blanco fácil, no se inmutó ante estos golpes, pero aun así fueron señales de advertencia. Le recordaron que había otro peleador en el ring y que esta pelea, aunque desigual, no se ganaría sola. Tenía que salir y afirmar su dominio.
Para ser justos con Opetaia, eso fue exactamente lo que hizo en el tercer asalto, quizás en respuesta a esos derechazos. Poco a poco, Opetaia comenzó a presionar a Squeo hacia atrás y este tomó el control, perforando su guardia con cruces de izquierda de zurdo y castigándolo con ganchos de derecha de contraataque cada vez que Squeo se lanzaba con su propia izquierda. Un golpe en particular, un uppercut de derecha cerca, provocó que Squeo iniciara inmediatamente un clinch; la primera señal real de que empezaba a sentir el poder.
Esta dinámica continuó en el cuarto asalto, y fue en ese mismo asalto que Opetaia conectó un uppercut de izquierda al cuerpo de Squeo, obligándolo a arrodillarse. Al principio, el golpe pareció ir bajo, pero luego nos dimos cuenta de que, de hecho, había impactado en el plexo solar de Squeo y que la falta por la que Opetaia fue reprendido por Robert Hoyle, el árbitro, se debió más bien a que empujó a Squeo hacia el golpe con su guante derecho. Sea como sea, el golpe lastimó a Squeo, claramente, y después Opetaia fue implacable en su deseo de alcanzar ese punto de nuevo.
Cuando no estaba golpeando el cuerpo de Squeo, Opetaia le daba el espacio justo para que lanzara un ataque propio, momento en el que retrocedía y elegía astutamente su contraataque. Esto lo hizo con gran éxito en el quinto asalto, cuando arrinconó a Squeo, esperó a que cometiera un error y finalmente lo conectó con un gancho de derecha a la mandíbula.
En el instante en que impactó el golpe, se notaba que Squeo nunca había sentido semejante fuerza o impacto. Puede que le rompiera la mandíbula (las señales indicaban que ese fue el resultado), pero lo innegable, a juzgar por su reacción tardía, era que Squeo ya había tenido suficiente. De rodillas, decidió quedarse allí en lugar de levantarse y aguantar más. Por lo tanto, la pelea se detuvo a los 30 segundos del quinto asalto.
«Tío, tenía prisa», dijo Opetaia después, dando a entender que esta pelea era para evitarla. «Solo quería terminarla.
Hicimos lo que teníamos que hacer. Nos queda mucho por delante. Estoy buscando estas peleas de unificación y a estos campeones mundiales.
En cuanto a campeones mundiales, el campeón con el que muchos desearían ver a Opetaia pelear próximamente es el mexicano Gilberto “Zurdo” Ramírez, quien ostenta los cinturones de peso crucero del CMB y la AMB y pelea contra Yuniel Dorticos a finales de este mes. A este paso, Opetaia, con marca de 28-0 (22), no tardará en impacientarse. Después de todo, las tres peleas del boxeador de 29 años desde que venció a Briedis por segunda vez (contra Jack Massey, David Nyika y ahora Squeo) han sido, como mínimo, rutinarias. Eso está bien si se busca construir su experiencia y perfil, pero como vimos con Nyika, quien hizo tambalear a Opetaia antes de ser detenido, e incluso vimos brevemente esta tarde, siempre existe la posibilidad de que la aparente falta de amenaza pueda ser la ruina de un campeón mundial.
Volcánicos duelos en la Escuela de Boxeo Profesional Pancho Rosales
Con duelos verdaderamente volcánicos y de poder a poder, fue la función de boxeo amateur que se efectuó la tarde de este sábado en la Escuela de Boxeo Profesional Pancho Rosales. Se realizaron veinticinco emotivos pleitos.
El emblemático gimnasio ubicado en calzada Xocongo, colonia Tránsito, sigue con el impulso al boxeo aficionado, donde todos los boxeadores que siguen en el amateur, sean varones o damas, se les da un lugar para que luzcan sus cualidades.
Cabe resaltar, que el comité organizador siempre trata de que los encontronazos sean lo más parejo posible, sean las categorías que sean, y vaya que siempre ha ocurrido así.
La Escuela de Boxeo Profesional Pancho Rosales, siempre ha tenido ese acertado criterio de otorgar un emblemático cinturón a la mejor pelea, que en este caso fue entre Tadeo Cuadros e Iván Colindres, correspondiéndole el citado fajín a éste último, por decisión dividida en tres rounds.
También fue de llamar la atención que desde Puente de Ixtla, Morelos, el joven pugilista Alí Cuadros, hijo del ex boxeador profesional José Alberto Cuadros, se alzará con un contundente triunfo, en la división de los 63 kilos.
Entrenado por su abuelo José Guadalupe -quien lo dirigió en la esquina- Cuadros tiene más de 120 pleitos de corte aficionado, obteniendo triunfos sobresalientes en torneos desarrollados en Tijuana; subcampeón nacional en Oaxaca. Su edad es de 17 años.
Uno de los entrenadores de calidad con los que cuenta La Escuela de Boxeo Profesional Pancho Rosales, el ex púgil Héctor «Churros» Hernández, fue objeto de un reconocimiento por ser una pieza angular de la sala de prácticas, y de los años que lleva en la profesión.
Se tiene previsto que la siguiente función de boxeo amateur se realice a finales del mes de julio, y se espera de igual forma, combates de alto voltaje y con familias que siempre apoyan a su pugilista favorito.
Keyshawn Davis no marcó el peso, fue despojado de mundial OMB y cancelan pelea con De Los Santos; Abdullah Mason enfrentará a Jeremia Nakathila en la pelea estelar de este sábado en Norfolk
Top Rank
El Campeón Mundial Ligero de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), el estadounidense Keyshawn Davis, no pudo marcar el peso y su defensa contra el contendiente dominicano Edwin De Los Santos, fue cancelada este viernes, no así la cartelera de Top Rank de este mismo sábado, que se llevará a cabo en la Arena Scope de Norfolk, Virginia, Estados Unidos.
Davis tenía que marcar 135 libras, pero detuvo el péndulo en 139.3 libras, muy por encima del peso límite. De Los Santos, en cambio, marcó 134.7.
Keyshawn Davis fue despojado del título por la Organización Mundial de Boxeo.
Inicialmente, la pelea estaba programada a realizarse, porque incluso ambos peleadores posaron para los medios después del fallido pesaje. En teoría, el título sólo sería disputado por De Los Santos, y en caso de perder, quedaría vacante.
Sin embargo, el equipo de Edwin De Los Santos decidió abandonar la pelea y cobrar su bolsa sin pelear. Pero lo que más llamó la atención, fue la actitud prepotente de Davis, quien en el pesaje empujó al representante del dominicano, el veterano Sampson Lewkowicz. Quizás este fue el detonante para que De Los Santos cambiara de planes e hiciera valer sus derechos.
Lewkowicz expresó su frustración tras la cancelación de la pelea: «Renegociamos 10 libras, más dinero, pero llegamos a la conclusión de que Davis nunca intentó dar el peso. Estaba bailando en la báscula. No quería que pasara lo que pasó con Haney y García. Cancelamos.»
Keyshawn Davis recibe su cinturón de Campeón Mundial
Esta era apenas la primera defensa de Davis, quien tendrá que ascender al peso superligero e iniciar nuevamente el camino en busca de un nuevo chance de título mundial. Davis había ganado el título en febrero pasado, cuando derrotó al ucraniano Denys Berinchyk, en el Madison Square Garden de Nueva York.
El castigo que Davis pagará por fallar tan gravemente el peso, un eco de su reciente oponente Gustavo Lemos, quien llegó a su pelea de noviembre de 2024 aún más escandalosamente por encima del límite, aún está por determinar.
Abdullah Mason, a quien Davis convocó esta semana, será la estrella del evento estelar de Top Rank, quien transmitirá el evento por ESPN. Este electrizante peleador de peso ligero se enfrentará a Jeremia Nakathila en lo que espera que lo acerque a una oportunidad por el título.
Actuando en peso ligero, Abdullah Mason marcó 134.5 libras, mientras que Jeremia Nakathila pesó 134.8 libras.
Abdullah Mason (13-0, 11 KOs) enfrentará en combate a 10 asaltos al peligroso namibio Jeremia Nakathila (23-4, 19 KOs), exretador mundial y veterano de batallas frente a figuras como Shakur Stevenson y Miguel Berchelt.
“Estoy listo para brillar en la pelea estelar. He trabajado para este momento y no pienso desaprovecharlo”, afirmó Mason, de apenas 20 años, oriundo de Cleveland y representado por Top Rank.
Nakathila, por su parte, no se intimida ante la juventud de su oponente: “Tengo experiencia de sobra y voy a demostrarlo. Mason es bueno, pero nunca ha enfrentado a alguien como yo”, declaró el africano de 35 años.
También participan en la cartelera dos de los hermanos de Davis, Kelvin y Keon, quienes conforman el tan mencionado “DB3”. Kelvin Davis, de 1.85 m, necesitó dos intentos para dar el peso, llegando inicialmente en 140.1 libras para su pelea de peso welter junior contra Nahir Albright. Los hermanos son de Norfolk y pelearán frente a una gran cantidad de fanáticos.
El combate entre Kelvin Davis (11-0, 7 KOs), hermano mayor de Keyshawn, y Nahir Albright (16-3, 7 KOs), fue promovido a evento coestelar, en peso superligero.
Los pesos completos de la cartelera se encuentran a continuación:
Keyshawn Davis 139.3 libras, Edwin De Los Santos 134.7
PELEA DE TÍTULO LIGERO OMB CANCELADA
Abdullah Mason 134.5 libras, Jeremia Nakathila 134.8
El acto final de desaparición de Vasiliy Lomachenko
Por Frankie Mines
No termina con la rotura de la lona bajo un cuerpo caído ni con el alboroto de una ovación final, sino con un susurro. Un discreto anuncio desde Ucrania: Vasiliy Lomachenko, de 37 años, ha cerrado su carrera boxística. Y con ello, pone fin no solo a una carrera, sino a un fenómeno: una ópera de nueve minutos en un mundo de peleas de bar, un cometa que bailó a través de tres divisiones de peso antes de quemarse lo justo para quedarse a las puertas de lo inalcanzable.
Su récord profesional registra 18 victorias, tres derrotas y 12 detenciones, un registro que, a pesar de su nitidez, cuenta solo una fracción de la historia. La historia más completa reside en los espacios entre esos dígitos: en el juego de pies que desafió a Newton, en los golpes lanzados desde ángulos previamente inexplorados, en mil movimientos que hicieron que los boxeadores veteranos parecieran haber llevado bicicletas a una partida de ajedrez.
Desde el primer campanazo de su debut en 2013 —una aventura que muchos afirmaron llegó demasiado tarde—, Lomachenko no estaba tanto boxeando como reinventándolo. Aquí estaba un hombre que había reescrito las reglas como aficionado, cuyo récord se mantenía en 396 victorias contra una sola derrota (vengada, inevitablemente), y que había conquistado dos Juegos Olímpicos en busca del oro con la eficiencia de un comandante de tanque de la Guerra Fría y la gracia de Nureyev. El hombre lo había ganado todo, pero aun así se había convertido en profesional no como un prodigio consentido, sino como un hombre con la misión de demostrar, o quizás refutar, los méritos del boxeo profesional.
DETALLES
Y esa, en última instancia, puede ser la contradicción que lo defina.
El amor de Lomachenko por el boxeo parecía eternamente enredado en su desagrado por lo que se había convertido. Adoraba la pelea, no el negocio. La belleza del control, no la estrategia del caos. Incluso en la victoria, su actitud era la de un técnico satisfecho con las matemáticas, rara vez la de un showman seducido por el drama. Su rostro nunca delataba lo que hacían sus pies. Se movía como un espíritu invocado en rituales más antiguos que el propio deporte: deslizándose a un lado antes de que terminara de lanzarse un golpe, contraatacando desde posiciones que hacían que la geometría del ring pareciera inadecuada.
Su primer título mundial llegó en apenas su tercera pelea, en 2014: una decisión mayoritaria sobre el invicto Gary Russell Jr., más definitiva de lo que permitían las tarjetas. Pero fue la segunda pelea, la que perdió, la que demostró tanto su valentía como su maldición. Orlando Salido, el veterano curtido en la batalla y un villano con sobrepeso, aprovechó todas las faltas del libro y algunas no escritas para colar una decisión dividida ante un Lomachenko aún en desarrollo. Esa noche recibió codazos, cabezazos, puñetazos bajos y manos altas. Perdió, sí. Pero solo en las tarjetas. En realidad, absorbió una lección magistral de cinismo profesional y emergió con lecciones más costosas que los cortes.
Sin embargo, nunca se acobardó. Siguió ascendiendo. Para cuando venció a Román Martínez en 2016 y obtuvo su segundo título divisional, no solo había añadido potencia a su ballet, sino que también amenazaba su genio. Y para 2018, cuando detuvo a Jorge Linares para ganar un título en peso ligero —una división que ya exigía su físico y su ingenio—, se había convertido tanto en matador como en misionero, invitando al peligro en busca de algo más cercano a la absolución artística.
Pero ningún dios —ni siquiera el del boxeo— está por encima de la gravedad.
Y, ligero y cruel ama, empezó a hacerse preguntas que ni siquiera sus sublimes reflejos podían responder por completo. Cuando se enfrentó a Teófimo López en 2020, Lomachenko llegó como un hombre agobiado por una profecía. No es que perdiera la pelea, sino que no la inició hasta los asaltos intermedios. La primera mitad se desperdició, como si esperara que el joven explotara de nervios. Cuando finalmente se recuperó, nos recordó que hace que la grandeza duela con belleza: ángulos, fuego, ritmo, pero llegó demasiado tarde. Los jueces le entregaron los cinturones a López, y quizás por primera vez, Loma no solo parecía humano, sino que envejecía.
Aún así, no sería la última vez que un marcador lo traicionaría.
Contra Devin Haney en 2023, el ucraniano ofreció lo que muchos consideraron una magistral exhibición táctica y emocional. Aplastó la férrea defensa de Haney con rencor y sutileza, conectando con precisión, marcando el ritmo y reviviendo la magia de antaño. Y, sin embargo, al sonar la campana final, sufrió una nueva derrota por decisión unánime, lo que provocó la indignación de expertos y aficionados. Se notaba en sus ojos durante la lectura del veredicto: ni sorpresa ni ira, sino el dolor estoico de quien sabía que había bailado maravillosamente y, aun así, le decían que la música no era suya.
Existe la tentación de creer que estas crueldades judiciales no fueron accidentales. Quizás, como algunos han sugerido, fueron respuestas kármicas a un hombre que nunca se doblegó ante las sórdidas normas del boxeo. Lomachenko nunca besó los pies de los promotores, nunca se presentó como villano ni héroe, nunca se rio ante las cámaras con los dientes al descubierto como un concursante de concurso. Vino a pelear, no a adular. Y en un deporte cada vez más influenciado por la publicidad y las métricas del mercado, eso pudo haberlo hecho más fácil de robar.
En mayo de 2024, se puso los guantes una vez más contra George Kambosos Jr., un hombre con más sangre que brillantez, pero con la suficiente fuerza para hacerlo interesante. Fue una noche de exorcismo. Lomachenko boxeó como si dirigiera una sinfonía que nadie más podía oír. Superó al australiano, lo derribó, lo dominó y obligó al árbitro a actuar. El título de peso ligero de la FIB, vacante en el laberinto de la política de los organismos sancionadores, fue suyo, y presumiblemente será el último cinturón que reclame.
Y así termina. No con truenos, sino con las escrituras. Lomachenko, conocido desde hace tiempo por su devota fe ortodoxa y su estilo de vida monástico, se refugia ahora en su espiritualidad. Quizás, en el eco del gimnasio, escuchó la voz de su Dios más fuerte que los aplausos de la afición. O quizás simplemente sabía que el reloj había sonado, y que seguir buscando la aprobación —de los jueces, los promotores o la propia historia— solo opacaría el brillo de lo que ya había logrado.
Algunos dirán que no rindió lo suficiente. Y, según la cruel aritmética del deporte profesional, tienen razón. No obtuvo un título indiscutible. No logró un triunfo en las 140 libras. No logró una victoria definitiva sobre la élite generacional de su época. Pero juzgar a Lomachenko solo por títulos es juzgar a Mozart por regalías. Es un error total.
Hacía cosas en ese ring que desafiaban tanto la física como las expectativas. Sus giros se convirtieron en leyenda. Su movimiento matricial —el sutil giro bajo un jab, el medio paso a ciegas, el uppercut lanzado en pleno giro— hacía que incluso los entrenadores más cínicos maldijeran en voz baja y buscaran repeticiones a cámara lenta. Los luchadores que se enfrentaban a él emergían como de un sueño febril, sin saber qué había sucedido ni por qué perseguían sombras.
Y más allá del juego de pies, más allá de la técnica, estaba el principio. Lomachenko nunca eludió un desafío. No se dejó llevar por los discos acolchados ni se escondió en defensas seguras. Avanzó, se adentró en el peligro, en estructuras que no le convenían, contra hombres que lo superaban en peso y tamaño. Peleó por títulos en su segunda pelea profesional. Consiguió cabezas como las de Russell Jr., Walters, Rigo, Linares, Campbell, Commey; hombres que otros evitaban, pero que Loma despachó con cruel eficiencia.
Decir que no logró lo imposible es malinterpretar el significado de «imposible». No se suponía que dominara el peso ligero. No se suponía que boxeara por un título mundial en su segunda pelea. No se suponía que hiciera rendirse a campeones aguerridos. Pero lo hizo todo, y lo hizo con un estoicismo propio de otro siglo.
Nunca se hizo el payaso. Nunca se puso la corona antes de ganársela. En una era de pavos reales en redes sociales, Lomachenko era un halcón: silencioso, solitario, concentrado en matar. No siempre fue el favorito del deporte, pero siempre fue su conciencia. Y ahora, al alejarse, hay una sensación de que algo sagrado se ha ido con él.
Por supuesto, entrará al Salón de la Fama. Pero su grandeza no está sujeta al sello de los comités. Quedó grabada en sangre, brillantez y equilibrio: en la forma en que hacía que los peleadores se detuvieran a mitad de la combinación porque el objetivo había desaparecido; en la forma en que hacía que la brutalidad pareciera ballet.
¿Fue el mejor de todos los tiempos? Desde luego que no. Pero fue el luchador más original que muchos hemos visto. Y a veces, eso es más raro. A veces, perdura.
Discutiremos sobre él: sobre sus derrotas, sobre su legado, sobre lo que podría haber sido si se hubiera convertido en profesional antes o se hubiera quedado en el peso pluma. Pero esto es indiscutible: cuando Vasiliy Lomachenko boxeó, el tiempo se detuvo. Y por unos instantes deslumbrantes, el boxeo dejó de ser un negocio o una guerra. Se convirtió en una especie de baile. Y tuvimos la suerte de presenciarlo.
Matchroom se fija en Deontay Wilder por Anthony Joshua
Por Tom Ivers
IPSWICH, Inglaterra – Parece que ya hemos estado aquí antes, y muchas veces, pero Matchroom ha vuelto a expresar su deseo de unir a Anthony Joshua con Deontay Wilder.
La pareja estuvo vinculada a una pelea para decidir al campeón indiscutible cuando ambos ostentaban todas las variantes de los títulos de peso pesado en 2018-19. Al no llegar a un acuerdo para lo que habría sido una de las peleas más importantes en la historia del boxeo, ambos tomaron caminos diferentes. Wilder finalmente perdió su cinturón del CMB ante Tyson Fury y sufrió derrotas ante Andy Ruiz Jr. (venganza) y Oleksandr Usyk (no venganza).
Joshua y Wilder no han peleado desde las derrotas por nocaut del año pasado ante Daniel Dubois y Zhilei Zhang respectivamente.
DETALLES
Las especulaciones sobre el regreso de Joshua comenzaron la semana pasada cuando el promotor del peso pesado, Eddie Hearn, reveló a BoxingScene que Joshua estaba en conversaciones con Riyadh Season para un acuerdo de dos peleas tras operarse el codo lesionado. Dillian Whyte y Jared Anderson estaban entre los nombres que se barajaban para un combate que probablemente se celebraría en otoño. Whyte tenía previsto participar en la cartelera de este sábado en Ipswich, Inglaterra, con Fabio Wardley y Justis Huni a la cabeza, pero fue cancelado ante el inminente anuncio de una «pelea importante».
«No es Anthony Joshua, pero he oído que le tienen preparada una gran pelea», declaró Frank Smith, director ejecutivo de Matchroom, a BoxingScene. «Mira, Dillian Whyte es un nombre importante en el deporte, todos lo sabemos, y sea lo que sea, me emociona escucharlo».
Entonces, con Whyte aparentemente fuera de la escena como oponente para el regreso de Joshua, se le preguntó a Smith quién probablemente estaría en la esquina opuesta.
“Personalmente, me gusta la pelea contra Deontay Wilder; creo que hay mucha narrativa al respecto”, dijo Smith. “Creo que tiene una pelea de regreso el mes que viene o este mes, y es una pelea enorme. AJ está en una gran posición; creo que sigue siendo comercialmente el mayor atractivo del deporte… pero tenemos que tomar la decisión correcta, y esta es la decisión más importante que tomará en su carrera. Así que, vuelve al gimnasio, da el 100%, y luego iremos a por todas”.
El enfrentamiento de los japoneses Junto Nakatani y Ryosuke Nishida será un duelo de campeones mundiales en la competitiva división de las 118 libras
Cortesía: NotiFight
El Campeón Mundial Gallo del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), el japonés Junto Nakatani, y el Campeón Mundial Gallo de la Federación Internacional de Boxeo (FIB), su compatriota Ryosuke Nishida, intercambiarán metralla este mismo domingo, en un interesante choque de unificación o mejor dicho una Guerra Civil, que se llevará cabo en el Coliseo Ariake de Tokio, Japón.
La pelea es organizada por Teiken Promotions, del legendario promotor Akihiko Honda, y será televisada por ESPN en América. Amazon Prime transmitirá el evento en vivo en Japón.
Nakatini tendrá su cuarta defensa del CMB peso gallo frente a Nishida, pero no será el único título en juego ya que Nishida es el campeón de la IBF.
Junto Nakatini se convirtió en campeón en 24 de febrero del 2023 cuando derrotó a Alexandro Santiago por TKO en el segundo round. Ha defendido su cinturón de forma exitosa ante Vincent Astrolabio, Tasana Salapat y David “General” Cuellar.
Nishida, quien es campeón de la FIB desde mayo de 2024, buscará realizar su segunda defensa del título.
Ambos peleadores estuvieron presentes este mismo viernes, en una conferencia de prensa previa al atractivo combate que sostendrán. Esto fue algo de lo que comentaron:
“Es la primera vez en la historia que se celebra una pelea de unificación en la división de peso gallo entre dos peleadores japoneses. Quiero conseguir una buena victoria y dejar una buena impresión en la pelea”, comentó Nakatani.
“Mi vida se ha centrado en convertirme en campeón mundial y en un gran guerrero. Esto hace que todo mi entrenamiento y los sacrificios que he hecho a lo largo de los años den sus frutos. Mi oponente es un peleador muy estratégico. No quiero caer en su estrategia ni involucrarme en su pelea. Preveo una pelea muy intensa porque es una pelea de unificación de títulos”.
Naoya Inoue y Junto Nakatani acuerdan pelear en el 2026
Por su parte Nishida dijo: “Después de ver ese cinturón verde y oro del CMB, quiero aún más convertirme en campeón unificado. Entrenamos muy duro para esta oportunidad y estamos en una condición física suprema. Me alegra ver que mi oponente ha hecho lo mismo”.
“Estoy muy contento de que se esté llevando a cabo esta unificación. Tengo aún más ganas de vencer a Nakatani para unificar estos dos títulos”.
En esta misma velada del domingo por la madrugada en el continente americano, también veremos en acción dos combates en peso gallo y programados a 10 asaltos:
El exlegendario del kickboxing y actual aspirante al título Tenshin Nasukawa (6-0, con 2 nocauts), irá contra el dominicano Víctor Santillán (14-1, 5 nocauts). En su pelea de febrero pasado, Nasukawa derrotó por decisión en diez asaltos al experimentado australiano Jason Moloney.
En cambio, el novato profesional residente en Tokio, Tomoya Tsuboi (1-0, 1 nocaut) enfrentará al experimentado vietnamita Van Thao Tran (18-1, 10 nocauts), en una pelea por el título regional.
Por su parte, el paso gallo japonés Riku Masuda enfrentará al venezolano Michell Banquez, en otra pelea pactada a 10 rounds, en peso gallo.
Este 27 de junio en Ciudad Obregón, Sonora, la mexiquense Joana “#Medusa” Chavarría (7-5-1, 2 ko’s) hará la primera defensa del título internacional de peso pluma de la #WBA ante la peligrosa Alejandra “#Rockera” Guzmán (15-3-2, 7 ko’s).#cletoreyes#boxpic.twitter.com/qO9vhoNq7G
Vasiliy Lomachenko se muestra «agradecido» tras anunciar el final de su gran carrera
Por Declan Warrington
Vasiliy Lomachenko anunció su retiro a la edad de 37 años.
El ucraniano, según todas las estimaciones un grande moderno y para muchos otros uno de los más grandes de todos los tiempos, lo hace como campeón mundial en tres categorías de peso y dos veces medallista de oro olímpico cuyo récord amateur reportado fue de 396-1.
Peleó, potencialmente por última vez, en mayo de 2024 cuando detuvo al australiano George Kambosos Jr. para pasar a 18-3 (12 KOs) y ganar el título vacante de peso ligero de la FIB.
DETALLES
“Estoy agradecido por cada victoria y derrota dentro y fuera del ring”, dijo en redes sociales. “Agradezco que, al final de mi carrera, haya adquirido claridad sobre el camino que debe tomar una persona para alcanzar la verdadera victoria, no solo en el ring”.
Doy gracias a Dios por mis honestos, maravillosos y bondadosos padres, por el cuidado, el amor y la calidez que he sentido a lo largo de mi vida. Mi padre [Anatoly] me enseñó no solo a boxear, sino también a ser un ejemplo a seguir para mis hijos.
Cometí muchos errores en la vida y en el gimnasio, pero él siempre estuvo a mi lado, corrigiéndome cuando era necesario. Tengo muchos recuerdos entrañables.
A mi familia, siempre me han apoyado. Compartieron mis victorias y sintieron el dolor de mis derrotas. Esas derrotas solo nos hicieron más fuertes.
Lomachenko ganó títulos en peso pluma, peso ligero junior y peso ligero después de convertirse en profesional en 2013, después de ganar medallas de oro en Beijing 2008 y Londres 2012.
Su primer título profesional, en peso pluma, lo consiguió tras una victoria por decisión mayoritaria sobre Gary Russell Jr. en 2014, en apenas su tercera pelea. Su primer título en peso junior ligero llegó al vencer a Román Martínez en 2016, y en 2018 venció a Jorge Linares para proclamarse campeón de peso ligero.
Dos de sus tres derrotas —la primera contra Orlando Salido y la tercera contra Devin Haney— fueron particularmente controvertidas. Peleó contra Salido en apenas su segundo combate y perdió una pelea por una versión del título de peso pluma por decisión dividida después de que el sobrepeso Salido produjera una actuación llena de faltas. La derrota ante Haney se produjo por decisión unánime en 2023, pero en una noche en la que innumerables observadores creían que Lomachenko merecía la victoria. También perdió por decisión unánime contra Teófimo López en 2020.
Bob Arum: Ha sido un honor trabajar con Vasiliy Lomachenko
Por el personal de BoxingScene
Habiendo trabajado con el gran ucraniano Vasiliy Lomachenko a lo largo de su carrera, el promotor de Top Rank, Bob Arum, dijo que «ha sido un honor».
Más temprano hoy, Lomachenko anunció en las redes sociales que se retiraba a los 37 años, poniendo fin a su carrera de 18-3 (12 KOs), habiendo ganado títulos en tres categorías de peso y asegurándose de ingresar al Salón de la Fama del Boxeo Internacional.
Lomachenko, uno de los grandes del boxeo amateur, ganó un título mundial en apenas su tercera pelea y se aseguró su tercer título mundial en una tercera división tras solo 12 combates. En 2022, hizo una pausa en su condecorada carrera para regresar a casa y unirse a un batallón de defensa territorial tras la invasión rusa. «Ha sido un honor para todos en Top Rank promover la carrera profesional de Vasiliy Lomachenko», dijo Arum. «Fue un campeón generacional, y todos extrañaremos su participación en este deporte».
DETALLES
El ex campeón mundial escocés Alex Arthur habló en nombre de muchos en el deporte cuando dijo: «Es posible que no volvamos a ver algo como Lomachenko en 100 años». En un comunicado, la OMB declaró: «Lomachenko irrumpió en la escena del boxeo con una habilidad y dedicación inigualables, consolidándose rápidamente como uno de los boxeadores más técnicamente competentes y electrizantes de su generación. En su transición fuera del ring, el legado de Lomachenko permanece firme, y sin duda será celebrado y reconocido con su merecida incorporación al Salón de la Fama del Boxeo Internacional».
Manny Pacquiao unge a Naoya Inoue como su boxeador activo favorito
LOS ÁNGELES – Como el hombre que alguna vez mantuvo un prolongado reinado como el boxeador número uno libra por libra del boxeo, Manny Pacquiao ha estado muy atento a sus sucesores.
De todos los que han seguido al ahora campeón de ocho divisiones de 46 años, Pacquiao ha desarrollado un cariño por el invicto campeón de cuatro divisiones de Japón, Naoya Inoue 30-0 (27 KOs).
En una conversación con PPV.COM el martes mientras promocionaba su regreso al ring el 19 de julio contra el campeón de peso welter del CMB Mario Barrios Jr., Pacquiao 62-8-2 (39 KOs) elogió a Inoue, de 32 años, como su peleador activo favorito.
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“Tiene velocidad, potencia y movimiento”, dijo Pacquiao. “Me gusta porque se mueve rapidísimo y nunca se queda en una esquina. Eso es un boxeador. Eso es lo que se supone que debes hacer en el boxeo”.
Inoue apareció por última vez en el ring el 4 de mayo en Las Vegas, cuando se levantó de la lona para derribar y finalmente detener a Ramón Cárdenas al comienzo del octavo asalto. Cárdenas derribó a Inoue de forma impactante en el segundo asalto, pero el invicto e indiscutible campeón de peso pluma junior derribó al tejano en el séptimo asalto y forzó la detención con una ráfaga implacable un asalto después.
La victoria acerca a Inoue, Peleador del Año 2023, a una pelea de consolidación del título de la AMB con el campeón interino y ex campeón unificado de 122 libras Murodjon “MJ” Akhmadaliev el 14 de septiembre en Japón.
Inoue también podría estar destinado a una pelea a fines de 2025 en Arabia Saudita, lo que aumentará sus posibilidades de obtener un segundo premio de Peleador del Año.
Inoue le dijo a BoxingScene después de la victoria de Cárdenas que sólo consideraría subir al peso pluma si su cuerpo ya no le permitiera llegar a las 122 libras.
Pacquiao ganó cinturones desde peso mosca hasta peso superwelter. Sus increíbles logros abarcan ocho divisiones a lo largo de más de veinte años. Ese mismo legado será honrado este domingo con su ingreso al Salón de la Fama del Boxeo Internacional en Canastota, Nueva York.
“Estudio boxeo. Lo considero una ciencia. Para ser campeón mundial o pelear como campeón en [varias] divisiones, debes estar siempre en movimiento”, dijo Pacquiao al elogiar el crecimiento de Inoue de 48 a 54 kg.
“No es fácil para un oponente pelear con un estilo como ese, donde el luchador está siempre en movimiento, a todas partes, a todos los rincones y de un lado a otro”.
Cuando se le preguntó sobre su principal ventaja sobre Barrios, Pacquiao dijo «el movimiento», que le permite aplicar los ángulos de golpe creativos que lo llevaron a tantas victorias brillantes a lo largo de los años.
Cuando PPV.COM le preguntó si Inoue le recordaba a Pacquiao, el filipino respondió: «Sí, de joven, de veintitantos. Siempre en movimiento. Nunca me quedé en un mismo sitio».